Al intentar ser una especie verdaderamente “humana” en camino de la independencia del ser en cuanto a fin “interno”, nos encontramos la esencia de esa Mariposa Azul que es siempre inherente a las probabilidades de iluminación espiritual (más allá de lo meramente religioso) donde la presencia de la síntesis de la vida es mucho más que un simple aspecto ético. Es la Mariposa Azul la búsqueda de un ordenamiento “superior” de nuestras vidas (ejercicio de filosofía zen que se centra en el reconducimiento de los sentidos) que se entiende no como un vulgar empirismo filosófico más ni tampoco como una pura religiosidad filosófica procedente de algún profeta divinizado. Esa Mariposa Azul es, para mí, pensamiento profundamente simbólico pleno de inpermanencia, pleno de sustancialidad también, y sobre todo un kármico hallazgo en el que el alma se virtualiza bajo la perspectiva evolucionada de la voluntad propia. Sentir a Dios no como una proyección de la “lógica” material sino como un “ver” la luz y “ver” un pensar. Probablemente una respuesta para una actualidad humana que se implica en multiplicidad de planos paralelos. No dependemos de una revelación divina sino de una naturaleza esencialista. Y esa esencia es lo que verdadermante nos diviniza los sentidos. Luz. Momento. Camino. Supremacía de la realidad expresada a través del karma.
4 comentarios sobre “La Mariposa de los Sentidos”
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Saludos Diesel:
Tu trabajo, imaginoo que ha surgido…de una elaboración que “ya estaba dentro”. Creo que aciertas plenamente, incluso estás en ese posicionamiento racial y coherente, de quienes actualizan la necesidad, en lo humano, de un acuerdo entre “lo no visible” y la fisis. En el camino de ser pensados, por nosostros mismos, no podemos abandonar la sensación de “presencia hierofánica”. Es un sentimiento comparable a la naturaleza, como estructura reveladora. El budismo no tiene dios, ni se procura dioses; es una filosofía de búsqueda y expansión de la mente. Hay momentos hierofánicos/de manifestación…que en el mundo oriental llaman “satori”. La sensibilidad de la mente se percata de la intensidad del símbolo y la experiencia no se realiza en el ámbito del sólo ser, sino en una totalidad envolvente. Creo que sin que tú vieras la Mariposa Azul de la película, existen múltiples elementos vividos unos y otros por vivir que te conducen a esta experiencia”. Verdaderamente genial. Gracias.
Me encantaria ser por unos instantes la mariposa azul. Quizas la esencia sea mas sencilla de lo imaginable. Quizas el fin interno, como muerte de las antiguas existencias espirituales llegue una manana cuando la busqueda haya cesado.
Hace tiempo decidi sentir…aprender a sentir, aunque muy lejos este de ser la mariposa azul. Gracias Diesel.
Así es como yo también lo entiendo, compañero amigo. Todo símolo hierofánico es iniciación para la captación de las restauraciones anímicas que acercan lo espiritual a lo terrenal y entroncan lo absoluto con lo relativo y lo eterno con lo temporal. Hubo tiempos que dediqué a “estar dentro” como experiencia de múltiples elementos vividos que procuré combinarlos como aperturas al apetito de conocimientos. Tus expresiones idealísticas sobre el texto de la Mariposa Azul son verdaderamente extraordinarias y abren en mi mente la claridad. Gracias por todo eso y por tu comentario.
La esencia más sencilla de lo imaginable está dentro de tí misma. Es muy importante sentirlo. Deduzco por tus aportaciones a Vorem que tu búsqueda es hermosa y que sabes sentir muy “de cerca” lo “muy lejano”. De esa síntesis de asunción con tu propia búsqueda es de la que opino que escribes textos muy profundos. Estoy seguro de que sabes sentirte muy bien en tu mismo “interior” y eso es verdaderamente realizador y creativo. Gracia a tí, NASIA y sobre todo gracias a tui presencia plenamente vorémica. No estás nada lejos de la mariposa azul. Un cordial abrazo.