MIGAJAS DE AMOR
Berta Ramírez Fuentes
Deambulaba aburrida por la gran ciudad. Con su andar triste y pausado se sentía perdida en el frío cemento de las calles. Las puertas de un negocio se abrían invitadoras. Decidió entrar y pedir un café.
..Y pasaron las horas… Se sintió bien en el cálido ambiente y en la compañía de otros seres anónimos
…Y pasaron las horas y los días… El mozo la esperaba. Intrigado en un comienzo, ahora sentía la tristeza que emanaba de la dama y deseaba ayudarla. Nada le preguntaba, solícito se limitaba a atenderla. Se había prendado de su encanto triste y tan solo deseaba que le regalara una sonrisa.
…y pasaron las horas y los días… Con la llegada del otoño ella llegaba temprano al cafecito matinal. Observaba las idas y venidas de ese joven que atendía las mesas. El presentía sus miradas las que le parecían amorosas caricias descendiendo por sobre sus espaldas.
…y pasaron las horas y los días …
La mirada del mozo estaba prendida en la gran puerta de vidrio donde un gran espacio anunciaba que ella ya no vendría . Sacudió la mesa vacía , guardó el diario sin reparar en la noticia que detallaba la tragedia ocurrida en una playa cercana acerca de una joven encontrada ahogada. Un suspiro de pena le laceró el alma y sintió que un halo helado lo envolvía ante la ausencia de la acostumbrada migaja de amor.
Y pasó el tiempo en el café con las migajas del amor esparcidas por todas las mesas. Quizás los cuentos de café sean mucho más que relatos y se acerquen a la crónica diaria de nuestras vivencias. Un saludo.
Agradezco a Diesel por sus palabras y su atención para leer mis escritos.Yo disfruto leyendo sus artículos y cuentos .Gracias y me induce a seguir escribiendo Nos veremos.Te saludo afectuosamente Bertalis.