Por las tardes el niño golpeaba suavemente la puerta de la casa y pedía: “un fideíto para hacer una comida”…
Llegaron los fríos y el niño seguía pasando donde la abuela. Ella le entregaba un pan con algo , a veces una fruta y una bolsita con alimentos.
Observó que calzaba deteriorados zapatos. Ese día en que le entregó junto con la bolsa de alimentos ,la caja con zapatillas nuevas,vio iluminarse la carita infantil . Miró sonriente a la señora y se fue con su regalo y la mochila cargada.
Pasaron los días. La anciana suspiró con pena en el corazón. El niño no volvió.
Se llamaba Jorge.
Un comentario sobre “Se llamaba Jorge”
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Precioso cuento lleno de ternura y de sensibilidad. Es una escena sencilla pero escrita con gran sentido literario. Me gusta tu “energía” poética para tratarlo. Jorge és en tu cuento un personaje con gran carga de realidad y quizás ahora sea uno de esos niños que buscan ansiosamente el regalo soñado y soñador. Hay mucha sensibilidad en tu niño y en tu anciana. Cuento muy breve y muy concreto pero muy acertado en su narración. Gracias,Bertalis. Es excelente.