Día de pájaros ausentes.

Día de pájaros ausentes. Hoy los gorriones no han acudido a la cita. Ícaros de los sueños se han quemado sus alas bajo el fuego abrasador de este agosto de infierno que hace arder las colinas de los enloquecidos saltamontes. Se seca la fuente de la floresta mientras (hierro, polvo y sudor) el Cid cabalga. Juan (El Duque) permanece sentado en el banco de piedra de Martínez Campos y, de vez en cuando, se sacude las moscas y las telarañas de sus perdidas memorias recordando algún extraño pensamiento de su desconocido ayer. El Duque dormita y mueve la cabeza. No hay fiesta mayor de pájaros y hasta del tren sólo hemos visto pasar a una vieja locomotora por el paso de andén con barreras. Suena el móvil. Es Don Pepe invitándome a pasar veinte días con ellos (Don Pepe y La Carmen) para poder escribir allí, en el silencio de la siesta, La Crónica de la Aldea Dormida. Respondo afirmativamente. Mañana iré a buscar a los pájaros ausentes junto a la acequia de los limoneros. Escucho, a lo lejos, la salmodia de las chicharras…

2 comentarios sobre “Día de pájaros ausentes.”

  1. Todo se relantiza en Agosto. Los pájaros buscan la sombra, la locomotora escupe fuego como si fuese un dragón. El cuerpo se vuelve pesado como el aire, es hora de disfrutar del agua, correr, saltar, volar dentro de ella, sentirse pez, sentirse una caracola. Un abrazo Diesel. Alaia

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