tú, huyes, cruel, y yo expiro.
perdona a mi devil voz
que osa aun repetirte
lo que a dicho tantas veces.
tranquiliza tu alma conmovida,
mirame sin extremeserte;
se debe soportar la vista
de aquellos que se han echo morir.
te amaba sin ser amado;
jamas tuve la esperanza,
pero mi alma encantada
le bastaria verte.
¡AY! tu sola presencia
suspendia todos mis tormentos.
no contaba como existencia
sino esos rapidos momentos.
recibe de mi sin cólera
los adioses de la amistad.
¿tiemblas por que mi miseria
te inspira piedad?
no, nada tienes que temer
al concederme una mirada.
anda, no soy de compadecer;
muero antes de tu partida