No tengo dinero, ni soy un esclavo de tu condición.
No tengo mechero, no tengo cigarro, ni puedo parar en una estación.
No soy delincuente, ni soy mensajero, no tengo futuro en tu extroversión.
No soy papeleta, con número exacto en tu maletón.
No soy pasajero, de armas mortales, ni tengo remedios para vender.
No soy como piensas, no soy tan sencillo, ni soy para otros su preocupación.
Apenas disfruto, en tardes de otoño, pues busco su rostro de la imaginación.
Apenas soy yo, quien dice quererte, si comparo mi imagen con esa de ayer.
No tengo codicias, ni tengo remilgas, no soy el frutero que te vio pasar.
No silbo canciones, de alegres siluetas, que envidian tu porte en su caminar.
Seré como piensas, no tengo respuestas, seré como dicen que dicen que soy.
Que mala fortuna, que de ti me aleja y te empareja con otro galán.
Remedios de infierno para fría noche, un vodka con hielo y nada que hablar.
Que mala persona, que mala belleza, que mala pareja me fui a buscar.
Ahora que ignoro cual fue mi descaro, imploro a otra cara y vuelvo a empezar.