A mí también me parece un poeta muy interesante Beaudelaire, amigo Greko… porque fue aquel que un día dijo “Todo el universo visible es un vivero de imágenes y símbolos en los que la imaginación es un puerto”. Y tú, compañero voremista, con una increíble capacidad de análisis simbolista, introduces a Charles Beaudelaire en el lado oscuro de su corazón y en tu poema haces aflorar la confusión irreverente del vértigo de las palabras. En las flores del mal, Beaudelaire hablaba del reloj como un dios espantoso e impasible que nos amenaza constantemente diciéndonos “!recuerda!”…
Hay en tu teorema poético un paralelismo entre los vértigos simbólicos del poeta francés y las siempre apasionantes constancias de los diseños humanos planteados por Shakespeare… y es que entre la poesía del simbolismo y el teatro de la realidad siempre quedamos nosotros, los hombres y mujeres del universo visible, intentando vivir y morir ante el espejo. Es verdad que Beaudelaire sentado ante el televisor no puede hablar de si mismo sino repitiendo una y mil veces su doble nombre. En definitiva, tan real como lo que ocurre con cada uno de nosotros.
Espléndido, grekosay… espléndido ese remake final de los reflejos que anuncian un ir más allá de los inviernos inventados. Porque, a fin de cuentas, todos debemos defender nuestras razones por encima de las propias condiciones de la vida.
¡Se ha escrito tanto que…! La literatura es una videncia del futuro, amigo Diesel. Cuando el poeta asume una clara necesidad de ruptura y desestructuración…encuentra la maldición en boca del mundo. Pero, más allá del cuándo y del cómo…esos poetas, autores videntes…necesitaron de un lenguaje que les permitiera alcanzar el Todo: no morir. Genial tu texto. Siempre, estos textos en escalera, me han parecido aportaciones de una gran riqueza. Sigo prisionero de los textos de Rilke.
Beaudelaire está situado ante el televisor… el televisor está situado ante Beaudelaire… y entre uno y otro (hombre y materia) existe ese universo de imágenes que nos hace pensar en los paralelismos de la ficción y la realidad.