Amargas las ganas de despedida, ilusiones con sabor a melancolía, emociones a medias, la razón a medio destruir, deseo con matiz de desgana, retazos del pasado y colores de un presente que ya es futuro, de una vida que discurre, así son los momentos de cambio, de búsqueda, así es un hoy y un quizás mañana, sólo quizás.
Un nuevo lugar, siempre diferente a como lo habíamos imaginado, nuevas sensaciones y una parte de este yo que sigue creciendo, que se deja sentir y llenar de nuevos aromas, de personas que aparecen mientras recordamos aquellas que quedaron en el camino, de aprendizajes con sabor a vida, de emociones con olor a mi, y a otros que comparto y vivo.
Mirar dentro de mi es enfrentarme a mis miserias y virtudes, pero también es anclar los pilares del importante proyecto que es mi vida, es conocer y conocerme, es aceptar que mi yo es un todo que he de respetar, y que a veces se me olvida…