El increíble Gustavo Adolfo Bécquer nos legó unas maravillosas rimas. Si tuviera que elegir entre ellas, me sería muy complicado pero he extraído las que describen con excelente sutileza los lados opuestos del amor: el enamoramiento infinito y el orgullo, que nunca ayuda a los enamorados.
Dedicada a los enamorados y a los que sufren por amor…. ¡que es casi lo mismo! (como decía el autor…)
RIMA IX
Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman
el cielo se deshace en rayos de oro
la tierra se estremece alborozada
Oigo flotando en olas de armonía
rumor de besos y batir de alas,
mis párpados se cierran…¿Qué sucede?
¿Dime?… ¡Silencio!… ¿Es el amor que pasa?
RIMA XVII
Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto.., la he visto y me ha mirado…
¡Hoy creo en Dios!
RIMA XXX
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mis labios una frase de perdón…
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: “¿Por que callé aquél día?”
y ella dirá. “¿Por qué no lloré yo?”
Es mucho lo que podemos descubrir en los sentimientos de las Rimas de Bécquer. A mí me parece un poeta universal. Es un libro oportuno que nunca queda vencido por el paso del tiempo. Bécquer es mucho más que un romántico. Bécquer es bastante más sólido que lo que algunos han querido señalar de él. Para mí las Rimas de Bécquer señalan un momento crucial en la poética en español.