No apagues la luz, enséñame el mundo…,
no me busques si no es con ganas,
no te acerques a mi boca si no es soñando,
y no me sueñes si vas a huir,
no apagues la luz, enséñame el mundo…
Apago la luz, necesito verte…,
no se gritar si no es con fuerza,
no se llorar si no es con lágrimas,
y es que no se vivir si no es intensamente…,
apago la luz, necesito verte…
Me encuentro en la mitad del camino entre tu ausencia y mi intuición,
voy, en la penumbra, en dirección a tu olvido, partiendo de mi historia inventada,
llego de nuevo al principio, al lugar donde las cosas empiezan y continúan,
Y enciendo la luz…
!Precioso, Noelia!. Ese lugar de las cosas que empiezan y que continúan es una especie de luz encendida y apagada pero siempre visible y, sobre todo, vivible. Se nota en tu poema un sentir la presencia de lo intenso. En la dirección de lo sentido nunca es posible el olvido…
Hasta en la mañana más soleada puede haber noche y hasta en sol más apagado luz.
Cuantas formas diferentes de percibir el mundo, cuantas formas de amar.
Que tu corazón decida si apagar o… encender .
Un beso Noelia!.
Es precioso, aquí es donde mejor demuestras las ganas de vivir y de conocer situaciones y lugares que tienes.