Aquel día me despertó el teléfono. Sonaba con aquel tono estridente característico. Me levanté rápidamente y lo cogí. Una voz asustada me va *acavar de despertar.
– Buenos días Mar, soy en Josep. Le quería pedir de hacer una misión.
– Ha! Diga Diga!
– Pues, mire… podría levantar un momento la persiana mas próxima?
respondí con una afirmación insegura y me dirigí hacia la persiana. Al abrirla un escalofrío me va *recorrer todo el cuerpo. No había solo! Todo era oscurooscuro como un *tunel de las tinieblas en llena noche, y los árboles *dansaven suavemente d’una banda a l’otro. Ni un ruido a la calle…
volví al *teléfon y él me afirmó el que había visto, y acto seguido me encomendó mi *missó como detective.
– Su misión consiste en ir a buscar el sol. Prepare todo el que le haga falta, que l’esperamos a dos cuartos d’once a mi oficina.
colgó el teléfono sin dejarme ni contestar, y debido a que faltaban tres cuartos para l’hora citada, me fui a vestir.
A la oficina ya m’esperaban. Me dieron todo l’equipo que necesitaba y marché en dirección al norte, busca de una cosa inimaginable, sieguen el transcurso del destino. cerqué y cercar con el *fanalet arriba y abajo, y cuando salió la luna, paré a descansar a una cueva pequeña y *resguardada que había en un lugar muele escondido de la montaña. Al entrar, el *fanalet me va *il•*luminar un pasillo largo y misterioso, que las mías pasas no pudieron evitar d’entrar.
Cuando traía unos metros, una *lluminaria me cegó los ojos. Me puse las gafas protectoras de chicha y nabo de la cabeza y continué. Allá, llorando, y voy *trovar el sol. Que veremos hizo una mueca que no se si quería decir que me’n fuera, o que l’escuchara. opté por la segunda, y le pregunté:
– Señor Solo, que lo hace que no *il•*lumini nuestros corazones en este día’d hoy?
– Corazones? Dónde? Yo no en *vec ni un de corazón!
En cuando sentí aquella frase, percibí de que iba la cosa. Pero debido a que no n’estaba segura, voy *acavar de preguntar- le:
– Se puede explicar señor solo? No acabo d’entender’l.
– Pues mire, hace unos días mis ojos s’han abierto y he visto cómo es la gente a la que *il•*lumino, y no n’estoy orgulloso.
– Y, como se la gente ? que té algún problema?
– Pues sí! No lo ve!? La mayoría de la gente, no digo toda, a perdido el saber valorar las cosas del día a día, y ha perdido el saber valorar sus momentos de felicidad. Sus corazones, han perdido la luz, no bien, al no sentirme valorado, pues, he dejado’d *il•*luminar.
Me quedé perpleja, quizás si que el sol tenía razón. No bien le pregunté qué solución *podiem poner.
– Pues mira chica, t’ofrezco un trato, si intentas cambiar algo la gente, y abrirlos los corazones, yo volveré, pero si al ninguna’d una semana, siguen igual, *desapareixaré por siempre jamás.
Nos vamos *despedir y fui dispuesta a cambiar las cosas d’una vez por todas.
Durante aquellos días, mi equipo me ayudó y hicimos asambleas y charlas en cualquier parte del mundo, algunos cambiaban, d’otras no.
Cuando ya habían pasado seis días, fui a ver el sol. Le expliqué el que sucedía, la mayoría habían cambiado, *pero d’otras…
El sol,aquel día me va *reconeixèr que añoraba volver a *il.*luminar y también me dijo que reconocía l’error que había cometido al irse’n y dejar’d *il.*luminar. Con esta declaración añadió:
– D’acuerdo, tú ganas, volveré a *il.*luminar con’l esperanza de que mi luz *guii los corazones de la gente.
–
Y el sol, esperanzado, aquel día va *il.*luminar. La gente sorprendida salió a la calle, y cada día, el sol los fue dando *raijos de *feliçitat, que los hizo dar cuenta del que valían las pequeñas cosas del día a día.
*PD: *lo *escrivi *cuando tenía 11 *años.. *jeje
traducido en el texto, sorry si no se a traduido bien
Que el sol nos siga iluminando en nuestro caminar, en cada día, un abrazo