“Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige una maldita televisión gigante, elige lavadoras, coches, equipos de música y abrelatas eléctricos. Elige salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige tu primera casa. Elige a tus amigos. Elige ropa informal y maletas a juego. Elige un traje de tres piezas en cómodas cuotas. Elige el bricolaje y pregúntate quién eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en tu sofá mirando programas que adormecen tu mente y destruyen tu espíritu mientras llenas tu boca de comida basura. Elige la decadencia para el fin de tus días, cagándote y meándote encima en un asilo miserable, avergonzando a los egoístas y arruinados mocosos que has engendrado para que te reemplazaran. Elige un futuro.
¿Pero por qué querría yo hacer algo así?
Yo elijo no elegir la vida. Elijo algo más. ¿Las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?”
Suburbia Decadentis se erige amenazante
mientras la suciedad invade todo en exceso.
Se acumulan los deshechos en las calles
de lo que en otro momento parecieron grandes sucesos.
Paisaje del terror en una feria sin atracción,
donde el barullo de las mil tómbolas se entrecorta
cada vez que el tren atraviesa el túnel de la estación.
Tinntontinn: se informa, prohibido tocar a la bruja de la garrota.
Sobre su piel áspera y desquebrajada anida y espera
el homunculus confusa, mas conocido como ser ufano que se alegra
de vivir en tan colorida Madridguera,
rodeado de cordones umbilicales, móviles en celo
gafas protectoras para los rayos ultraviolentos,
ilusión de teletrainspotting, napias coloradas
y medidas desesperadas contra la tristeza organizada.
Realmente tiene miedo, pueden robarle en cualquier momento.
El Malperdido encontrara su camino para llegar y atracarle en público,
despojándole de lo que le es mas querido…
… ama a su bien estar…
(y a su mercedes, su aparcamiento, su apartamento, su otro apartamento, a su retoño, su perro guardián, su viaje de placer, su derecho a especular…)
¿Qué se le va a hacer?
¿Quién necesita corazón cuando se pierde la razón?
Siento muy cerca de mi vida hoy este texto tuyo, mucho…, un abrazo
Es muy cierto y sucede en muchas personas, para las cuales eso es vida, esa es su realidad más concreta y aceptable. Nada es necesario en realidad, todo solo es un medio, nunca un fin. El problema es que suele ser confundido. Saludos a distancia.