Un “finde” serrano (Segunda Parte)

Llegó el domingo y con los primeros rayos de luz nos levantamos a tomar café con leche. Después, todos nosotros junto con los nuevos amigos que hemos conocido, nos hemos puesto a celebrar el pactado encuentro de fútbol mixto, con la única condición de jugar simplemente por placer y sin nada de competitividad. Los hombres hemos dejado que fuesen las mujeres las que más se divirtieran con la práctica deportiva y hemos pactado jugar a un nivel simplemente divertido. Ha sido un partido lleno de bromas y de simpatías mutuas. Al final hemos dejado el marcador en un 3 a 3, un empate que ha dejado satisfechos a ambos conjuntos. Y hemos decidido no tener que recurrir a la serie de penaltis para dilucidar un vencedor. Ni vencedores ni vencidos y todos satisfechos por el buen rollo que ha habido de camaradería y de sano espíritu. Un bañito tras la práctica deportiva, una despedida amistosa con un hasta pronto como despedida y ¡en marcha!. Hacía el Camino de Los Puros nos hemos dirigido…

Toda la comarca está llena de múltiples senderos. Hay que estar muy atentos para saber cuál es el que debemos elegir para encaminarnos hacia el Puerto del Garruchal. Después de varias dudas razonables hemos encontrado el Camino de Los Puros tras el famoso Rincón de Los Ciegos y ya, siguiendo el sendero, hemos comenzado a caminar pausadamente porque el calor ha comenzado a apretar según íbamos avanzando hacia la cumbre. Todo el camino ha sido una especie de romería festiva, con la bebida siempre dispuesta, y las continuas bromas de los unos para con los otros. Aquí no hay nacionalidades y la única patria que nos une a todos es la de la amistad humana.

Cuando hemos divisado la finca denominada Aljibe Grande nos hemos dado cuenta de que estamos en el camino correcto. Luis, nuestro guía especialista en la región, lleva la voz cantante en cuanto a saber qué itinerario hemos de seguir. Y la fiesta continúa hasta llegar al Rancho Bollullo donde nos hemos encontrado a unos amigos y nos hemos detenido a tomar unos granizados de limón acompañados de unas sabrosas ensaimadas. Aquí nos hemos parado un tiempo para montar una especie de tertulia centrada en las perspectivas políticas de América Latina. Hay opiniones de todos los gustos pero todos coincidimos en que América Latina tiene que girar, inevitablemente, si quiere por fin desarrollar un futuro mejor, hacia una unión entre las naciones y liberarse del yugo social al que secularmente la ha sometido la política “carnívora” de los gobiernos de los Estados Unidos. Hay oportunidades histórico políticas para que América Latina despierte por fin y tenga un proyecto propio. Esperemos que los “Bushman” lo permitan…

De nuevo en marcha. Hemos pasado por los senderos de las fincas de La Clásica, La Ardilla, El Chamizo y… ¡por fin!… hemos encontrado La Almazara de nuestros amigos uruguayos Mario y Josefina, una sensacional pareja que nos han recibido con las manos abiertas y nos han invitado a darnos un baño en su excelente y limpia piscina. Nuevamente el buen humor y nuevamente la charla comunal y comunicativa entre hombres y mujeres de diversas nacionalidades unidos por el amor de la amistad. Mientras charlamos y nos bañamos en la piscina se está elaborando la chorizada “a lo uruguayo” con la que Mario y Josefina nos van a festejar.

Estamos en pleno Puerto del Garruchal., que es el mayor ejemplo de refugio, en España, para el búho real. Es esta una comarca fértil en yacimientos de fósiles arqueológicos (tribus prehistóricas vivieron aquí) y está situada en el paso de transición entre el Valle del Segura y el Campo de Cartagena. Hay aquí muchas personas ancianas que recuerdan al poeta Antonio Oliver, compañero sentimental de Carmen Conde, que le gustaba pasar por aquí camino de la Cresta del Gallo al atardecer, cuando el sol del poniente se enrojecía en el llamado Paisaje Lunar. Oliver fue un enamorado del campo y los molinos de viento cartageneros durante los períodos veraniegos. Fue la Huerta Murciana inspiración continua para la poesía de Antonio Oliver: el cielo, los campos en mieses, los almendros, las higueras, el viento, la luz, las montañas, las palmeras y, al fondo, el mar, las playas y las barcas de los pescadores. Todo esto impactaba en el ánimo de aquel Antonio Oliver murciano que fue amigo, en Madrid, de Juan Ramón Jiménez y José María de Cossío y que murió en el verano de 1968…

El caso es que, volviendo a la realidad de hoy, la chorizada “a lo uruguayo” resulta enormemente sabrosona acompañada de vino tino y tras la suculenta comida hemos iniciado a relatarnos los unos a los otros (con tantas nacionalidades aquí reunidas) cuentos amenos de cada unos de nuestros países y nuestras costumbres. Pero nos hemos centrado, especialmente, en ese búho real que tiene sagrado cobijo en este Puerto del Garruchal. El búho real y sus entrañables y misteriosas leyendas que arrancan, nada más y nada menos, que de tiempos tan antiguos como la de la Antigua Grecia, el Imperio Romano y las civilizaciones americanas precolombinas de los incas y los mayas. ¡Cuánto se aprende de vivencia y conocimiento humano cuando un grupo de hombres y mujeres se desligan de prejuicios nacionalistas y dan rienda suelta a la comunicación interpersonal sin límites!.

Al atardecer hemos decidido ya regresar a Beniaján por el Camino de Los Dolores, otra nueva ruta que nos ha llenado de entusiasmo y nuevos descubrimientos anímicos. Y ya en el autobús de regreso a Murcia, mientras todos dormitaban por un momento, yo he vuelto a abrir el libro de César Vallejo, el titulado “Poemas humanos” y he terminado el poema que había dejado inconcluso la noche anterior: ¿Quién no escribe una carta?. ¿Quién no habla de un asunto muy importante llenándose de vida?. ¡Yo que solamente he nacido!. ¡Yo que solamente he nacido!. ¿Quién no se llama Carlos o alguna otra cosa?. ¿Quién al gato no le dice gato gato?. ¡Ay, yo que he nacido solamente!. Termino por recordar a mi amigo peruano Luis Nájera con la firme intención de que si la vida nos vuelve a darnos la oportunidad de encontrarnos de nuevo le regalaré una copia de mi ya antiguo poema titulado “América de mi alcoba”. ¡Va por ti, Luis, y por todos los amigos y amigas que he conocido en esta entrañable excursión por el Valle Perdido y el Puerto del Garruchal!. Mañana empezaré a planificar mi visita a las playas…

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