-Aun recuerdo cosas, cosas que… en fin, yo creo que son reales. Son esas cosas que difíciles de explicar que uno sabe que han ocurrido, pero que parecen más propias de un sueño que no de la propia realidad. Una mirada, una sonrisa, un beso, otro beso, y otro beso, un te quiero y un adiós. Un giro de trescientos sesenta grados que te sacude como si de un rompeolas se tratase. Un momento de felicidad y otro de amargura. Ganas de conocer la vida y deseos de exiliarse antes de los veinte. –dijo Otto-.
-Bueno, tu no te preocupes eso son rachas. –dijo Reök-. Además la vida sigue y todo va fluyendo, ya conocerás otros lugares, otras personas, otros recuerdos; tu no te preocup…-pero antes de que acabase Otto le interrumpió.
-Ya se que todo cambiara, etc, etc, etc.-dijo Otto- Y por una parte quiero que cambie, tener otras cosas en la cabeza, cambiar de aires, olvidarme de ciertas cosas. Pero por otra…
-Te entiendo, eso nos pasa a todos –dijo Reök- son sentimientos muy profundos, que desahogan dolor o que nos han hecho caer en él.
-Ya lo sé, pero lo que quiero decir es que por otra parte desearía regresar a aquella época en la que el propio Sol madrugaba a propósito para darnos los buenos días con una sonrisa que solo tú podías ver, con la que sabías que todo iba bien y que solo te importaba una cosa, una única cosa en la que estas tan dedicado que tienes miedo a dejar escapar, y eso te hace cometer errores que intentas arreglar con toda tu buena intención, pero eso no basta, y sientes como se te escapa la vida entre los dedos. Y cuando te quieres dar cuenta ya no tienes nada, por el simple hecho de quererlo compartir todo con alguien. Y en ese momento de desesperación solo deseas consumirte lo antes posible, y esperar un nuevo día.
4 comentarios sobre “Momentos de Otto y su amigo Reök”
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Diálogo muy “entero”. La verdad es que se ajusta con total fidelidad a lo que a veces sentimos en esta vida de buenas intenciones y de imprevistos resultados. Regresar al pasado sí es posible y a veces necesario… aunque algunos crean que es totalmente inútil. No. No lo es. En muchas ocasiones ir hacia adelante supone volver momentáneamente al pasado para recuperar partes importantes de nuestra personalidad.
En tu diálogo veo dos planos yuxtapuestos. Por un lado la amistad de Otto y Reok que se presenta como síntoma de pertenencia vital. Por otro lado la angustia de Otto que se presenta como pertenencia existencial. Un aplauso.
La culpa de la pena y la desdicha tras una relación cualquiera es la añoranza y la melancolía. Quién sabe si en algunos casos servirán de algo, el verdadero perogrullo es que nos hacen ver la vida como una mierda.
Lo entiendo perfectamente y lo comparto: hay momentos en la vida en que todo parece encadenarse para hundirle a uno. Y cuando se está bien abajo, todavía hay que contar con nuestros propios errores cometidos, como dices, con toda buena intención. Y entonces uno querría volver a ser niño…