Amanecio tarde aquella vez
La luz que se colaba por la ventana a medio cerrrar ubicada a un costado de la cama dejaba ver una noche desolada y fria, el aire en la habitacion, sigzagueaba de un lado a otro, una melodia proveniente de un recuerdo antiguo llenaba de soledad el vacio de una copa de alcohol, que divisaba las fronteras del desengaño del amor, aun tengo presente cada una de tus venenosas fraces de tus lastimeras letras, incluso recuerdo con exactitud como me mirabas, tus ojos sin amor trataban de idear mentiras cada vez menos dolorosas tratando de armar un rompecabezas que en varias ocaciones no encajaba con tu historia,la realidad de que nunca me quisiste se hacia notar a cada momento ya no habia nada que hacer, te repetias como tratando de comvencerte, que no habria funcionado, que aunque lo intentaste no conceguias sentir nada por mi, (no pude decir nada) durante treinta minutos no dejabas de reprocharme sucesos que se me dificultaba recordar, ahora que lo pienzo lo ultimo que pude pronunciar y que supe que no entendias por la mueca en tu cara fue: yo creo que es horriblemente hermoso despertar cuando amanece tarde y saber que estas enamorado…
2 comentarios sobre “Cronica de un recuerdo”
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!Lo que hace el amor que nos convierte en crónica de sucesos repetidos!. No se puede decir nada concreto y sin embargo cuántas concreciones tiene el amor… Si, Christian, yo he sentido muchas veces ese mismo estado de ánimo. La verdad es que despertar enamorado es amanecer pronunciando historias del decir e historias del sentir. Un abrazo vorémico, colega.
Qué bonito saberse enamorado, sentir esa emoción y recordar que lo que un día se sintió y compartío puede volver a sentirse y compartirse, un abrazo