Uno llegar e incorporarse el día
Dos respirar para subir la cuesta
Tres no jugarse en una sola apuesta
Cuatro escapar de la melancolía
Cinco aprender la nueva geografía
Seis no quedarse nunca sin la siesta
Siete el futuro no será una fiesta
Y ocho no amilanarse todavía
Nueve vaya a saber quién es el fuerte
Diez no dejar que la paciencia ceda
Once cuidarse de la buena suerte
Doce guardar la última moneda
Trece no tutearse con la muerte
Catorce disfrutar mientras se pueda.
M.B
si le seguimos, ¿él nos seguirá?
Saludos:
Los encuentros con las emociones y los miedos forman parte de nuestra tarea como seres. Tu texto invita a la reflexión, a la toma de conciencia del cuidado con el que debemos caminar. Sin pilares el templo más hermoso no alberga dioses, ni Alsmas, sino escombros. De la Soledad siempre valoré su sentido práctico, su cercanía con la muerte, su certero sentido del aquí y ahora. Un saludo. Has dejado un comentario que sé traducir. Pero presientoque lo “desconocido” siempre se adivina en el corazón. Gracias.
Quince, naima, descansar entre las sombras…
Verdaderamente tu texto es formidable.