Tengo en mis manos El cuaderno dorado de Doris Lessing, la reciente Premio Nobel de Literatura año 2007. ¿Y quién es Doris Lessing?. ¿Y qué es El cuaderno dorado?. Empecemos por la última de las preguntas. Recomiendo la lectura de esta novela a quien quiera desentrañar el hondo pensamiento de esta escritora británica de 88 años de edad; porque es la obra literatura que más fama aportó a esta narradora y porque junto con Memoria de un superviviente y El sueño más dulce es la trilogía narrativa que más claves da sobre la personalidad de esta escritora que siempre está comprometida con las preguntas inquisitivas hacia el mundo de las conciencias humanas.
El cuaderno dorado es la historia (autobiográfica en muchas de sus partes) de dos “mujeres libres” (Anna Wolf, recientemente separada y con una hija de poca edad, y Molly) que continuamente fuerzan la emancipación total de las servidumbres psicológicas y sociales de la feminidad. Anna está continuamente en un proceso de tomas de conciencias desde sus más variados ángulos personales y eso le lleva permanentemente a un estado de tensión que ella intenta dominar para no rozar la locura.
Es por eso por lo que lleva 4 cuadernos de distinto color: el cuaderno negro se refiere a sus recuerdos de infancia en Sudáfrica y otros países del África Negra (como la antigua Rhodesia); el cuaderno rojo se refiere a sus ideologías políticas de carácter marxista y sus desilusiones ante el proceso del comunismo de los años 60 y 70; el cuaderno amarillo es un relato de su propia vida como ser humano y mujer luchadora a favor de las causas del feminismo y el cuaderno azul es un diario de sus pensamientos cotidianos y sus experiencias vitales. Al final todos ellos se ven sintetizados en un solo cuaderno que es el llamado cuaderno dorado. Es por eso por lo que esta extensa obra (cuya lectura a veces se presenta muy densa y puede crear algunos momentos de aburrimiento por dicha densidad) está escrita esquemáticamente en 5 partes o capítulos (los 5 cuadernos resultantes al final: los 4 de colores negro, rojo, amarillo y azul y el cuaderno dorado –que da título a la novela- como síntesis de los anteriores).
Muy a pesar de Doris Lessing esta obra se convirtió en una especie de Biblia del Feminismo combativo y a ella la elevaron a la categoría de icono del marxismo; puesto que Doris Lessing era una sistemática seguidora de Marx y Engels (pasando por aquel Rimbaud que poetizaba sobre cambios necesarios para la vida política y social del mundo) y era, por así decirlo, una proyección continuada de la Simona de Beauvoir en cuanto a sus planteamientos feministas.
Con sus claras posiciones izquierdistas de los años 70 del pasado siglo, en El cuaderno dorado, Lessing narra las conspicuidades propias del laborismo inglés del siglo XIX, las extraordinarias relaciones-ilaciones entre Marx y Engels, los debates sobre el estado de la mujer en su época (Doris llega a decir algo muy importante: que lo único que liberó a la mujer fue la ciencia), y sigue planteando cuestiones sobre la mujer libre pero responsable ante el trabajo, el sexo, la maternidad y la política. O sea, una mujer liberada pero solamente a través de su completa formación intelectiva, su compromiso maduro ante la vida y su verdadera toma de conciencia de género.
Novela de teología combativa contra el narcisismo psicológico de los humanos; en ella los personajes masculinos aparecen “sin grandeza” alguna pero sus personajes femeninos tampoco llegan a seducir plenamente. Es ese uno de los detalles que yo más analizo como fallos de esta escritora. Pero en general la novela es muy interesante cuando se quiere ahondar en temas como el psicoanálisis individual, el stalinismo como presencia del fascismo en ciertas prácticas del comunismo, en las experiencias sexuales, en las neurosis sociales, en las guerras de los sexos, en las revisiones críticas hacia los últimos colonialismos en África, en sus posturas críticas contra el racismo…
Novela, por tanto, icono de las feministas (que la mitificaron hasta el grado de portarla como Bandera del Feminismo y vieron en Doris Lessing a la vicaria natural de Simona de Beauvoir), icono, así mismo, de las causas marxistas, anticolonialistas, antisegregacionistas además de las feministas. Aparecen en su grueso argumento (grueso por la cantidad de texto y por la densidad de éste) temas sobre los conflictos culturales, las desigualdades raciales y las contradicciones existentes entre la consciencia individual y el bien común social. Así que os la recomiendo solo si tenéis mucho tiempo disponible para leerla y para digerirla… porque es producto de muy alta densidad.
Analizada ya esta obra que me gusta más que El sueño más dulce y más o menos la catalogo a la altura de Memorias de un superviviente –las otras dos obras que conozco de las 40 que escribió Doris Lesising- podemos ya tener claves muy significativas sobre esta escritora británica nacida en Irán en 1919 y que vivió toda su infancia y juventud en Sudáfrica y Rhodesia, países de donde fue expulsada en 1956 (por sus ideas políticas contrarias al apartheid) y a donde sólo pudo volver ya a finales de los años 90.
Esta escritora comprometida en su literatura e ideología es, como mujer, una persona que a pesar de sus 88 años mantiene la mente fresca y describe con ternura propia de su género, el amor en la edad madura despojando ante nuestros ojos atónitos la crudeza de la vejez en soledad y pobreza. Se la ve rodead siempre de jóvenes contraculturales, compartiendo tertulias con sus amigos, caminando en marchas contra la energía nuclear (cuando sus débiles huesos todavía se lo podían permitir), visitando campos de refugiados, traspasando las fronteras de la segregación racial… y se la ve en su casa de Londres en la frontera entre la bohemia artística y la pobreza multicultural, en su jardín que es un laberinto de hierbas de la sabana africana por donde pasea un gato (ya que no puede hacerlo un tigre). Doris Lessing sigue siendo icono de la cultura del siglo XX aunque bastante “demodé” ya… pero siempre polémica, inconformista, lectora voraz, escritora de múltiples registros y nunca indiferente ante el proceso del puzzle de los entretejidos culturales de las conciencias humanas.
Hace mucho que no leo a Doris Lessing. La próxima vez que vaya a la biblioteca (practiquísimo para no seguir atiborrando la casa de libros, ya sólo faltan estanterías en los baños) cogeré tu recomendado.
Un abrazo.
Leí El cuaderno dorado hace unos cinco meses. Me gustó mucho, bueno, más bien me sorprendió. Yo esperaba una especie de “Biblia feminista”, como tu la llamas y pensé que por ello no me iba a gustar. Pero ocurrió todo lo contrario.
Hay un detalle que me llama la atención en tu crítica, donde dices “Novela de teología combativa contra el narcisismo psicológico de los humanos; en ella los personajes masculinos aparecen “sin grandeza” alguna pero sus personajes femeninos tampoco llegan a seducir plenamente.”. No te quito la razón. Pero en mi opinión eso ocurre en la novela para que los personajes de las dos mujeres destaquen más. También para que sea más evidente el esfuerzo que tienen que hacer para ser “Mujeres libres”. Y sí, algunos de los personajes están poco desarrollados. Pero teniendo en cuenta lo densa que es la novela quizá sea demasiado pedir.
Un abrazo