Posiblemente lo más importante del presente koan sería preguntarse si veía la mano o tampoco la veía… porque a veces las luces impiden ver materia trascendente y sólo nos dejan ver iluminaciones de apariencias irreales. La mano que sostiene la linterna: he ahí la verdadera propuesta del koan.
Tienes razón en lo que dices, hay que saber ver lo trascendente y no sólo las apariencias irreales.
Pero quizás con “la luz”, yo me refería más bien a “la lucidez” o “iluminación”, al conocimiento último o la sabiduría, no particularmente a ninguna “apariencia irreal”, y el hecho de que, como, teniendo herramientas para llegar a ello, no lo hacemos.
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Quizas no hay peor ciego que el que no ve con el alma
Saludos 😉
Probablemente, si en lugar de ser una linterna se tratase del foco más potente, tampoco vería la luz. Ni aunque viviera mil años.
So is life, Only.
Saludos.
Posiblemente lo más importante del presente koan sería preguntarse si veía la mano o tampoco la veía… porque a veces las luces impiden ver materia trascendente y sólo nos dejan ver iluminaciones de apariencias irreales. La mano que sostiene la linterna: he ahí la verdadera propuesta del koan.
Tienes razón en lo que dices, hay que saber ver lo trascendente y no sólo las apariencias irreales.
Pero quizás con “la luz”, yo me refería más bien a “la lucidez” o “iluminación”, al conocimiento último o la sabiduría, no particularmente a ninguna “apariencia irreal”, y el hecho de que, como, teniendo herramientas para llegar a ello, no lo hacemos.
Como dice Carlota: so is life, así es la vida.
También se puede interpretar como un cierto desencanto o decepción de la vida. La luz o la esperanza existe, pero él no la ve.