Flaco y harapiento, tras las guerras del alma, el anciano sin nombre, apenas consigue avanzar sobre sus piernas, se auxilia con un bastón de avellano, que le concede una apariencia bíblica. Hace mucho tiempo que se halla en soledad, la sociedad le lastimó y él se ausentó para refugiarse del dolor. Jamás se acopló, ni tuvo hijos…se aventuraría a testificar que no germinó de mujer terrenal.
Los escasos conocidos que hizo en vida, se dilapidaron por el errar de sus pasos…sí, porque el anciano desde una inmensa colina, miró el mundo y sus continentes, y jamás encontró paisaje que le compensara,…nadie le dio suficiente confianza y todos se comportaron como fieras…raza animal, ambiciosa y lucrada en sí misma…
El anciano sin apodo, sin políticas ni religiones… conoció las artesanías mediante dictadores que explotaron su integridad como individuo y tiranizaron su jornal a costa de azotes físicos y psíquicos, llagas siempre beneficiosas para el patrón. En la ciudad manifestó su disgusto con los encargados de la ley, el orden y la justicia y fue preso por la civilización, que le encarceló, consumió y materializó como a un “extraño ser, agresivo y salvaje”. Expulsado, se retiró al bosque lejano y allí en la Naturaleza, alivió su deshielo, arrancó las cadenas del sometimiento y cultivó su alimento en libertad.
Diciembre 2007.
Este texto me lleva a la reflexion, me da la impresion de que el viejo, mas que un hombre, es una parte del mundo natural, que busca acercarse a la raza humana, o es un hombre muy humano, que por ser como es, la sociedad lo rechaza ya que la sociedad es algo inventado por el hombre y su mente, al no poder acoplarse, se exilia al bosque donde con los suyos vive en paz. Me gusta como se muestra, la raiz de lo que somos en contraste con lo que ahora todos quieren ser o luchan por ser. Espero haber llegado al mensaje que esperabas transmitir KimBertran. Muy bien.
Creo que en esa tesitura puede encontrarse mucha gente, que sin embargo o bien no se atreven a dar el paso de autoexiliarse o bien están atrapados en su actual situación.
Desde luego que es un texto para reflexionar. Me quedo por lo de “fue preso por la civilización”, quizá se podría hablar de la pseudo-civilización.
Enhorabuena por tu texto.
Un saludo.
Hola, me gusta mucho el texto, aunque me apena.
Conocí a un hombre, Xavi. Tal como dices en el texto, pero no por misantropía si no por un desmesurado amor, se exilió y acabo medicado y aislado en casa de sus familiares.
Un gran hombre, sabio como solo un hermitaño puede serlo y lúcido hasta el extremo de acabar medicado.
Ahora poco más que una sombra de lo que fue no se le ha vuelto a ver.
Alguien consideró que era peligroso. Es una reacción muy natural de esta sociedad.
Un abrazo.
Reflexiono: la misantropía es un estado de inaceptación para la mayoría de los mortales.Pero el anciano murió en libertad…
…quien dijo que el anciano murió…?
Todo lo contrario, logró liberarse de los grilletes de la esclavitud, impuesta por un mundo que no acepta a los indivisos desazonados de espíritu combativo, una muchedumbre entorpecida por el fausto olvido, que inyectan las cabezas regentes, guarnecidas de corrupción y agresor desenfreno homicida…edificando el holocausto planetario….
Por lo visto y, pese a la brevedad de la historia, el misántropo al que alude el relato es un rebelde en desacuerdo con las injusticias de la vida. Éste al final decide aislarse y vivir en verdadera libertad, sin sometimientos ni reglas establecidas. Me pareció un plateamiento interesante y digno de ser leído.
Jorge Queirolo Bravo
Hola amigos, gracias por vuestros comentarios.
Solo me queda decir que todos tenéis razón en los planteamientos que dais.