¿Quién regó en tus ojos
ese azul tercipelo?.
Es un vuelo de ave
que bajó de las nubes.
Es un vuelo de ave,
de ave, de ave.
¿Quién anudó a tu cuello
ese fulgor de caricias?.
Es un rayo de luna
que se bañó en la fuente.
Es un rayo de luna,
de luna, de luna.
¿Quién sembró en tus labios
ese temblor de amapolas?.
Es un beso de boca
que subió desde el alma
Es un beso de boca,
de boca, de boca.
Ave, luna, beso (boca). Tres claves para componer un poema intemporal, que podría haber sido compuesto por un juglar medieval. Me ha gustado especialmente por eso. Y porque es muy bonito, qué caramba.
Gracias, Carlota. Sólo puedo decirte gracias por comprender el alma de los trovadores…