Hace muchos años, me metí bastante en todo lo esotérico. En nuestro mundo inerior. Y me encanta. Iba mucho a una casa en un pueblo que unos amigos alquilaron, aquella casa empezó a hacerse mas interesante y hicieron una escuela esotérica.Yo iba mucho, me encantaba, se hacían meditaciones, juegos, convivencias, muy, muy interesantes y satisfactorias, al menos para mí. Pero mis padres no pensaban lo mismo, se pensaban que éra una comuna, se pensaban que allí hacíamos las labores desnudos y que fornicábamos sin control. Yo me aparté de allí, pero no de ése mundo. El que llevaba la escuela, éra mi amigo, y lo sigue siendo.
Una noche, después, al tiempo de todo ésto, tube un sueño horrible. Un mounstro grande, peludo, y grasoso quería algo de mí, me intentaba cojer y estrujarme contra su cuerpo viscoso. Me desperté con páaaaaaanico. Esa noche no dormí, y muchas de las siguientes tampoco del miedo que había sentido y del que podía volver a sentir, porque para mí aquello fué tan fuerte que aún ahora cuando os escribo siento un escalofrío de lo que me hizo pasar.

Desapareció. Al tiempo, otra noche, el mismo sueño. Buffffff.
Se produjeron de la misma manera. Tardo muchísimo en dormirme, me gusta la noche. Ya séa escribiendo, leyendo, oyendo música, meditando, soñando, no véo la hora de dormir. Pués el primer sueño, me meto a la cama, al poquísimo tiempo llaman a la puerta de mi habitación, digo paso, y mi compañera entra, abre la ventana y auna fuerte sacudida de viento saca las gruesas cortinas por la ventana. Siento frío, intento levantarme a cerrar la ventana y el monstruo entra y, agobión, otra vez . Lo pasé muy mal. Tan mal, que fuí al pueblo a contárselo a mi amigo.
Fué un encuentro bestial, tánto tiempo. Abrazo interminable.
Le cuento lo de mis dos sueños y lo asustada que estoy. El me tranquiliza, son tus miedos, lucha, cuando vuelva a por tí, mírale a los ojos y enfréntate a él.
Claro, que fácil.
Volvió a desaparecer.
Al tiempo, otra noche, el monstruooooo, me aferré a él tan asqueroso y grande como éra y trepé por su asqueroso cuerpo, sentí que me ahogaba de verdad,me mataba. Saqué fuerzas de nosé dodnde y le busqué los ojos. Se los encontré y acojonada ( perdón por la palabra) jeje. Me quedé mirándole. Seria, sin vacilar, fuerte, segura de que no me iba a hacer daño. El mounstro se fué abriendo la ventana igual que la había abierto mi amiga en el primer sueño. Que no había entrado en mi habitación aquella noche y no había llamado a mi puerta.
Ya sabes ssshhh.
A poquísimas personas he contado ésto, entre otras cosas porque saben que estoy un poco loca. Guapossssssssss.
Pero que conste que sueño o no sueño, lo fasé pero que muy mal.
Besosssssss. Alaia