No me importa vivir engañada
si creo que es verde el verde
y azul el azul.

No me importa ser mujer
si nací del fruto de los árboles
y me hice carne con tus besos.

No me importa perderme
por tus brazos si son las barcas
que me lleven a la otra orilla.

Ni hundirme en el charco
para ser barro si roza a
tus pies en un despertar de ruiseñores.

Más me importa que no me veas
como aire que respiras, como brisa
que añoras, como canción que escuchan
tus oídos en las sombras.

Quiero que me sientas, que me lleves como sea,
como sol, como luna, como veleta,
como sol que te encuentra hasta
en el rincón más oscuro.

Pero no me importa morir si aun vivo
en las flores que flotan como polen
anunciando que ya es primavera.