Según el historiador Edouard Seler el nombre de Quetzalcoàtl se compone de “quetzalli” (vocablo que designa la preciosa pluma de cola verde brillante del ave quetzal) y de “coatl” que significa serpiente. Es muy probable que ambas voces juntas fuesen la denominación del ser mítico Quetzalcoàtl, símbolo del agua y de la humedad producida por las lluvias al despertar a la vegetación de la pertinaz sequía.

El culto a la serpiente comenzó en México en épocas muy remotas (en la zona del Golfo) y de allí pasó a los pueblos de la meseta central y a los mayas. Como Serpiente Emplumada (significado literal de Quetzalcoàtl) se encontró en Teotihuacan (la ciudad de los dioses) donde está la pirámide del Sol, la pirámide de la Luna y la pirámide de Quetzalcoàtl (ésta última la más pequeña de tamaño pero la más hermosa en belleza arquitectónica).

En todas ellas aparece una serpiente de seis cuerpos ondulados y en un medio acuático plagado de conchas y caracoles. Siempre se observa a la Serpiente Emplumada en un medio acuático en estrecha relación con Tlàloc (el dios de la tremenda cabeza) resultando muy evidente la vinculación de Quetzalcoàtl en la vida de las culturas teotihuanacas hacia los siglos VII y VIII de nuestra Era, tomando la delantera a la otra cultura importante de la zona: la tolteca.

Quetzalcoàtl es identificado como el principio de todo bien, en contraposición con Tezantlipoca relacionado con el mal. En el mito de las sucesivas creaciones de la Tierra y de sus repentinas catástrofes se pone en evidencia la rivalidad entre ambas divinidades.

Quetzalcoàtl, al fin, restablece a la humanidad en la última creación (La Leyenda de los Soles) y no para allí su bondad sino que una vez reconstituido el ser humano le da sustento de la siguiente manera: descubre a una hormiga roja (de significado esotérico en la leyenda) y la asedia con hábiles preguntas hasta hacerla que revele de donde saca los granos del maíz. !El Monte del Sustento!. Entonces se convierte en hormiga negra y es conducida por la roja hasta la mítica montaña. Desde allí se lleva el maíz a la tierra de los hombres.

A Quetzalcoàtl se le relaciona con el Sol, con la Luna y con los demás astros y se le atribuye la invención del maguey (planta de donde procede el pulque o vino de los indígenas), el calendario de las artes y todo lo relacionado con la sabiduría humana. Por eso los hombres lo adoran como el Dios Supremo.

Ahora bien, existe una curiosa anécdota histórica que dice que Quetzalcoàtl fue, en realidad, un hombre llamado el Señor Ce Acatl (Uno Caña) nacido el año 803 en Tepoztlán que pasó su juventud en Xochicalco donde alcanzó tanta sabiduría que fue adorado como Serpiente Emplumada por su inmenso prestigio. Más tarde llegó a Tula y el jefe supremo de allí lo elevó hasta darle culto de deidad.

La presencia de Ce Acatl (convertido ya en Quetzalcoàtl) en Tula (a donde llegó procedente de otras regiones) coincidió muy probablemente con un período de auge extraordinario, al que siguió una fatal y repentina decadencia. ¿Producto de graves conflictos entre las fuerzas gobernantes?, ¿resultado de inesperadas crisis agrícolas?, ¿Arribo de grupos bárbaros que derrotaron a los toltecas de Tula?.

La respuesta indígena mezcla lo histórico con lo legendario en los siguientes pasos: 1.- Período de esplendor de Tula (bajo la guía de Quetzalcoàtl). Una edad dorada similar a las de otras mitologías. 2.- Intervención de Tezcatlipoca (el irreconciliable rival) que intenta corromper la doctrina y gobierno del sabio asceta. 3.- Tentación que hace sucumbir a Quetzalcoàtl. 4.- Fuga de Quetzalcoàtl que al salir de Tula marca el inicio de la decadencia y 5.- Peregrinación de Quetzalcoàtl hasta las costas del Golfo donde muere autoinmolándose según una tradición y transformándose en Venus se embarca en una nave con forma de serpiente y promete regresar para restaurarlo todo según otra leyenda.

Queda por saber si el Quetzalcoàtl histórico (el Señor Ce Acatl) pudo llegar hasta Yucatán; pero algunos dicen que los mayas lo recogieron y le dieron la más grande bienvenida y que pasó a ser el famoso Kukulcán de Chichén Itzá: una personalidad vigorosa, de gran energía, llamado a Yucatán como jefe de las tropas mercenarias y que por su rectitud de hombría y esplendorosa sabiduría dominó en todo México prehispánico como héroe supremo mítico, sinónimo en todas partes de cultura y trascendencia, evocación de un pasado donde el indígena halló el sentido de su existencia y las ganas de vivir.