Silencio. La vida rompe el silencio cuando deja de quedar oculta en un punto definido del destino de nuestro propio sistema circular: ir y venir alrededor siempre de una vida preconcebida como el espíritu del fulgor de nuestros sentimientos. Silencio. Todo comienza con una propiedad privada de nuestro ser ensimismado en la condición de personas que estamos aquí, rodeados por otros muchos conciudadanos de la vida, apoyando una causa común: un camino de comunicación entre las islas humanas. Silencio. Se rompe el silencio en este caminar de las algarabías de nuestros ires y venires. Pero al final, cuando acaba el día, todo termina siempre con un silencio en el último metro cuadrado de la mente,
3 comentarios sobre “Silencio en el ùltimo metro cuadrado de la mente”
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En realidad la vida funciona gracias a los silencios, pues en ellos el pensador realiza el máximo cometido funcional de su mente, y piensa. De esas ideas pensadas, en el silencio de su soledad, es de donde surgen los avances que nos convierten cada vez más, en seres menos humanos.
Un saludo.
“Pero al final, cuando acaba el día, todo termina siempre con un silencio en el último metro cuadrado de la mente,”
Dichosos aquellos que no tienen unos @#$%&! vecinos escandalosos que hacen pachanga entre semana y los dejan disfrutar de ese silencio en el último metro cuadrado de la mente. Y mas dichosos aquellos que tienen una mente a la cual le queda un último metro cuadrado donde disfrutar del silencio…
A veces el silencio se convierte en el mayor de los lujos. Tengo la suerte de vivir en un lugar silencioso, la mayor parte del tiempo, salvo cuando los vecinos se ponen de obra.
La penúltima frase me ha recordado las algarabías de los pájaros cuando se pone el sol. Algarabía es derivada del árabe, como ya sabrás, creo que significa la propia lengua árabe. Me parece una palabra bonita.