La lluvia fría caía sobre su rostro, sosegándolo por un instante. Aun retumbaba en su mente el sonido del elevador que lo conducía al primero piso, a la salida definitiva de aquel corporativo al que había dedicado años de su vida. El sonido del fracaso. Nunca imagino escucharlo. Después de salir de aquel edificio, en donde se sepultaban las ruinas de su pasado, se dirigió a casa. Esperaba que el hielo que invadía su hogar, su matrimonio, desapareciera aquella tarde. Espero unos instantes antes de entrar, descifrando la manera en que presentaría la noticia a su esposa, y más tarde, a sus hijos. Estaba consciente que notarían lo raro de su presencia a aquella hora en la casa, usualmente solía regresar del trabajo a altas horas de la noche. Entro sigilosamente, sin saber porque, y se dirigió a la cocina. Escucho voces que le parecieron familiares y distantes a la vez. Al entrar, se encontró con un cuadro que había visto tantas veces antes, en aquellos filmes en los que no podía más que sentir pena por el individuo que se encontraba en la posición en que estaba el ahora.
Su mujer, (¿podia llamarla suya?) se encontraba enredada alrededor de otro hombre, y no quiso averiguar quien. Salió de la casa rápidamente, desorientado. Camino horas, sin poder procesar pensamiento alguno. En un instante había perdido todo, su familia, su trabajo, su vida. Pensar era un lujo que no se permitia dar. Camino asi, bajo la lluvia fría, hasta que la noche y el frio invadieron sus entrañas, y se detuvo en un lamentable hotel, abandonado, caído. Igual que su espíritu, pensó. Una vez dentro del extraño confort que proporcionaban aquellas sabanas que habrían sido usadas por decenas de personas antes que el, se detuvo a pensar en la ironia que lo rodeaba. Había sido sorprendido en un romance tan cliché como pasional con su secretaria, siendo esta la razón de su despido. Había creado una historia convincente para encubrirlo y no destruir su matrimonio, pero sus esfuerzos fueron inútiles. Lo que quiso salvar por darse cuenta que valia la pena, había sido botado a la basura, y no tuvo mas que sentir lastima por si mismo. Entonces se dejo consumir por el alcohol que le invadía la sangre, y cayo en un sueño profundo. Soño, soño con el pasado, soño con los hombres de hacia milenios, con aquellos que poblaron la tierra. Estaba en un bosque, o seria talvez una selva, rodeado de otros como el. Tenia hambre, pero era de noche y sabia que el mundo era peligroso, acechaban aquellos que lo devorarían de no devorarlos el. El canto de animales extraños lo confundían, lo asustaban, pero de alguna manera se entendía perteneciente ahí. Entonces despertó de sobresalto, pensando en sus hijos. Aquellos adolescentes seguramente se verían afectados por este cambio. También pensó en aquel hijo que venia en camino, que había decidido no aceptar pero que hoy representaba su única esperanza, su única familia. En ese momento recibió una llamada, era ella, para decirle que se había encargado del asunto. Entonces se dio cuenta que una vez mas estaba solo. Solo en el mundo, no tenia nada. Se pregunto su razón de existir. La comida a su alrededor fue fácil de conseguir, pero no resultaba apetitosa a pesar del rugido de su estomago. Aquellos que se había dispuesto a proteger estaban lejos, lo herían con palabras, con hechos. Lo cotidiano de su existencia lo ahogaba, le robaba el aire. Entonces salió una vez mas, rondo las calles por muchas horas. En el trayecto oscuro y silencioso nadie lo molestaba. Veía sin ver, estaba sin estar. De pronto una luz brillante y un sonido lo sacaron abruptamente de su litigio. El conductor viro, y solo lo alcanzo a golpear levemente, pero el dolor se disparo por su cuerpo y noto que se mezclaban dos dolores, uno producido por este artefacto que no lograba nombrar y otro, aun mas grande, producido por ese abandono, esa falta de razón de existir…
Entonces despertó, sobresaltado. Respiraba agitadamente, y su compañera lo observaba con ojos como platos. Los sonidos de la selva lo apaciguaron un poco, y el leve soplo del viento, el gran brillo en el cielo lograron terminar de calmarlo. Vio los restos del animal que había sido cazado esa tarde, vio a sus crias dormitar cercanos a su madre desnuda. Se había ausentado de su espacio a un mundo que no lograba comprender. Había experimentado cosas que no se explicaba, que no era parte de su rutina diaria y que no era natural. Noto que ya no lo cubrían aquellas pieles extrañas, estaba en su estado natural una vez mas. Aturdido, acaricio lentamente el cuerpo de su hembra, hizo un pequeño gruñido para reconfortarla, asegurarle que estaba ahí aun, y se volteo a dormir sobre el suelo húmedo una vez mas.
2 comentarios sobre “Entre sueños de civilizacion.”
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Me ha encantado tu relato, he percibido todo el dolor y todo el desamparo del protagonista. Me ha gustado mucho la cadencia de la narración, y el final ha sido impactante, de los que hacen pensar. En fin me parece una historia estupenda. Me ha hecho meditar mucho la mezcolanza de los tiempos, el presente de civilización imperfecta, y el pasado milenario en el que algunas personas probablemente, seriamos más felices y nos sentiríamos más realizados.
La encadenación del pasado el presente y el futuro me ha parecido perfecta.
Un saludo.
!Muy bien lala!. Suscribo lo comentado por kiowa. Excelente.