Mediodía del 6 de julio de 2008. Me estoy bañando en el mar. Biern adentro. Donde el oleaje sube y baja mi cuerpo al ritmo de los sístoles y diástoles del corazón del agua. Contemplo el horizonte marino. Miles y miles de kilómetros hacia el oeste están las tierras de China y Japón. Y en estos pensamientos estoy cuando, repentinamente, una ola enorme estalla junto a mi cuerpo. Me levanta y me hunde en un solo segundo. El agua del mar sabe a sal. Caigo al fondo… y me ahogo…
Existe el más allá… lo he conocido… y estoy ahora escribiendo desde el más allá… de la playa de Castelnuovo…
!Menos mal que saliste a la superficie para poder contarnos los palpitares del corazón del agua!. Las olas cubren siempre el alma de los poetas y desde tu más allá siempre me llega el ritmo del mar.
Eso me ha pasado. Lamentablemente, he sobrevivido…=(