Sánae está encerrada en lo alto de la torre de bronce de Argos, preñada por Zeus que, en forma de lluvia de oro, la poseyó una noche en que los átridas Agamenón y Menelao seguían el destino trágico del adulterio, el parricidio y el incesto productos del odio de Atreo a su hermano Tieste.
El caso es que ahora Perseo se mueve dentro de la tripa de Dánae porque ya quiere salir a la vida y prepararse para sus divinas misiones: decapitar a Medusa, liberar a Andrómeda, desposarse con ella y reinar en Tirinto y Micenas tras matar al abuelo Criseo
En la montañosa regiónm de Argólida, en el santuario de Asclepio, curan sus heridas los Argoanutas de Jasón recién llegaods de la Cólquide, mientras éste se viste el vellocino de oro que conquistó gracias a los sortilegios de Medea, la terrible hechicera que está degollando a los hijos de Jasón porque le gran capitán, una vez conquistado el vellocino, la abandonó en la isla. Así lo contaron Eurípides y Séneca…
Ahora Perseo da pataditas en el vientre de Dánae porque ya está ansioso de vengar la terrible condena a que tiene sometida su abuelo Criseo a su querida mamita Dánae. Y Dánae se aprieta suavmente el vientre y lo acaricia…
– Tranquilo Perseo… no seas tn ainquieto. Nunca digas a nadie que eres hijo de Zeus… pero !qué maravillosa noche fue aquella en que te engendré!.
Y Perseo se duerme tranquilamente dentro del vientre de Dánae soñando que e sun atleta olímpico y que lanza el disco y que el disco se le escapa de las manos y que va directo a la cabeza de Criseo y se la parte en pedazos. Como así ocurrió en la realidad… debido a la sangre caliente de los descendientes de Pélops.
Nota.- Esta mañana me he levantado muy “mitológico”. Espero que el transcurrir del día me vaya adentrando en el siglo XXI.
¡Qué jaleos se traían aquellos dioses y semi-dioses! Tal parece que vivían en época de globalización…