Una mañana de enero mirando por mi nostálgica ventana,
Te vi resplandecer tanto como la más bella y única aurora,
Y en la inmensa y profunda soledad de mi acabada alma,
Comprendí la verdad de esta impresionante e inquieta calma,
La calma que me inspira tu increíble y misteriosa mirada,
Si, esa mirada que al compás de tus dulces movimientos,
Tan ligeros y delicados cual cisne que ha sido encantado
Me hechizan, cambiando, transformando y pintando mi mundo
De un color más claro, ese azul que recuerdo de un viejo pasado
Pero en ese momento se que Afrodita se ha burlado de mi,
Porque se que tan bella criatura jamás formará parte de mi,
Voy en un aumento diario de este perpetuo dolor de amor
Que acaba día a día con mí destrozado y triste corazón.
Estoy perdiendo el sentido en este terrible y aquejante dolor,
Cuando pasas sin mirarme, aun me hundo un poco más,
En esa profunda y dolorosa oscuridad, que se calma tan solo
al ver el brillo de tu cabello hermoso tan radiante y maravilloso,
El cual brilla como si se tratase del mismo sol convertido en oro,
Pero este penar me aqueja sin dejarme descansar y poder olvidar
Que es injusto que esa mirada tan maravillosa, y tan preciosa
Nunca me mirará con esa dulzura que conservaría como tesoro,
Debo aceptar que el camino tiene piedras que nunca dejarán
Que me acerque a ti, para brindarte mi más humilde tributo.
La corona de laureles que adorne tu cabeza y darte mi corazón,
Pero tú, si tú, eres tan inalcanzable para mi, tan lejos te tengo
Como el castillo en lo alto de la más grande y empinada montaña.
Un comentario sobre “el amor imposible”
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Bello canto de estrofas alargadas que dan sensación de imposibilidad de alcance. Buen ritmo mantenido y es difícil hacerlo. Un bezote.