El sonido crujiente que suena en la suela de mi zapato me indica que ya no estoy aquí…
Y entre las melodías que se confunden en mi garganta, la lluvia de miseria desborda la ciudad, sus calles, sus miradas, sus luces hipócritas, sus callejones, su vida, su esencia…
El descaro que me muestra el cielo, cubierto por un firmamento lleno de falsas esperanzas, me hacen dudar de un Dios…de una omnipotencia que nunca me ha demostrado su belleza sino sólo la estela que deja las creencias de una verdad inigualable y perdida entre palabras que se comportan como nativos ante una hoguera.
Y el olor a putrefacción me cala el olfato, me empujan a una inercia casi estática, monocromática, indiferenciada…heterogénea, porque cada vez que un respiro sale por mi boca, en mi piel se erizan las vergüenzas de haber nacido humano.
Por el color de mis lagrimas, mi mente se ha nublado de una inteligencia áspera…de un sentimiento fétido que con el tacto de el humo se lavan las penas…se lavan las ideas inocuas.
Entre el lugar escondido de mi mente volaré entre la niebla y palparé esa estela fluorescente de caricias que nunca fueron…ni nunca serán…parte de estos callejones…
Porque de un lugar lleno de almas carentes de vida…sólo la muerte rodea las facciones resquebrajadas de unas caretas llamadas rostros…
Por qué será que tu estilo me recuerda a un buen amigo de otra página, ¿ no serás tu por casualidad de la página de tus testos , es que te pareces mucho a alguien que conozco alli.
de todas formas me gusta tu forma de relatar .
Un saludo
Y ese lugar que apesta es el mundo… me imagino. Acorde con el texto, el cual si es cierto, este mundo solo es dolor, avaricia y demas deseos de envidia y lujuria. Y aca lo que queda Marco es esperar a la muerte… a la pelona, como decimos por aca. Un saludo.
Un texto estupendo, una visión algo apocalíptica de la ciudad para quienes la padecen el día a día. ¿No hay ni siquiera un pequeño rincón para la esperanza?
Felicidades, escribes con una gran calidad.
Un saludo.
Sí, así de simple y llano, pero como dice Carlota, no hay sitio para un poco de esperanza? Claro que sí lo hay y es verdad que yo muchas veces véo este mundo que cuentas, pero también véo el otro, el que merece la pena vivir. Saludos. alaia
no se wermesei…de seguro me confundes…saludos!!!
muy cierto…pero la esperanza y el afecto se dibuja, muy levemente, entre nuestras vidas y así sea poca la luz…y poca su visita; siempre estará ahí y eso es lo que importa hasta el día que se extinga.
por cierto…de donde eres? aquí también se le llama la pelona jaja, soy de venezuela
muchas tracias por tus elogios, me alegra mucho que te haya gustado.
y ese lugar al que estoy dispuesto a desangrarme o morir en el intento…ese mundo que aún late como una débil luz en nuestras almas…pero está ahí.