Es cuando toco mis ojos…

A veces siento sum irme en un todo de chopo verde, inmensamente surcado por un cenit sin vuelta y una tierra mojada de armiños y de nardos… entonces veo venir a todo el espacio invadiéndome de infinito manantial y una azucena navegando por el río se me derrama en todo lo eterno de la brisa. Los troncos altos me levantan el pensamiento que se hace estatua de la carne y corre una melodía de sombras cantando desnuda por el campo. Un dominio de lo tuyo se me adentra en el bosque de mi alma y por dentro abro mis abrazos en medio de un corazón de cristal.


Diáfana la luz de las horas alarga mi tiempo sumido en la serenidad de un pino que se levanta entre el rojo chorreante del crepúsculo y me siento desconocido en medio de esta tierra húmeda que, alegre, huye entre lo invisible de su alumbramiento. Y me llega desde arriba, desde las nubes vaporosas que sobre el almendro y el sauce rebotan en lo blanco del sueño, un tiempo de fe en lo solo, en la paz, en la espera… y todo se me vuelve tan encontrado de bruma que la perla deslumbrada de mi pensamiento se me hace cándida hermandad con el hombre y la vida. Es cuando toco mis ojos y siento que mi boca se estrellas derrama gozos en lo alto de mi ser. Y dejo surgir mi yo en el tranquilo trastorno de lo constante, y de lo duradero, y de la`palabra justa y viva del sereno monte.

2 comentarios sobre “Es cuando toco mis ojos…”

Deja una respuesta