Sin mujer, sin amigos, sin fortuna,
locamente enamorado de una bailarina,
está sumido en el alcohol y la morfina
debajo de la negra noche y de la luna.
Recordó cuando era niño y en la cuna
trenzaba un sueño de loca bambalina
y ahora se encuentra solo y en la esquina
de la vida perdida en medio de la hambruna.
Un sombrero arrebatado por el viento
le hizo traer una idea al pensamiento:
se dispararía un tiro a eso de la una.
Buscó un silencio en aquel momento,
sacó una pistola con seco movimiento…
!y disparó a una rata inoportuna!.
menos mal que el tiró no fué para el…pobre rata.
Muy bueno¡¡¡¡¡