El Barrio de las Casas Baratas. 2

11 …y la química.

El cuarto curso se me atragantó. No podía con la Química. Nos daba clase D. Andrés Masiá, director del Instituto; un hombre serio e inflexible, perfectamente vestido y de aspecto patibulario, cuya sola presencia imponía.

Las clases eran mixtas y estar con las chicas me aturdía. No estaba acostumbrado a convivir con ellas, y cada vez que me sacaban a la pizarra lo pasaba mal.

Don Andrés tenía un bloc con tapas negras con una hoja dedicada a cada estudiante. Cuando empezaba la clase lo sacaba y empezaba a pasar lentamente las hojas… Automáticamente todos pegábamos la cara al libro como si el Ángel Exterminador se estuviera paseando, volando sobre nosotros, con su espada y fuera a cortar la cabeza de aquel que no estuviera agachado.

-A ver…, Isidro Martínez.

Un latigazo recorría el cuerpo del afortunado, que se retorcía con los dolores de la muerte, mientras en clase de oía un…¡AAAhhhhhhhhhhhhhhh! … de alivio. Entonces las cabezas se levantaban. El suplicio había terminado. Solo faltaba que el reo se supiera la lección para aguantar el tiempo que duraba la clase, porque solo sacaba a uno por día.

Yo era uno de los pocos a los que todavía no había preguntado en lo que iba de curso y llevaba cinco días estudiándome la lección. Había conseguido aprenderme “Los Hidrocarburos Saturados”, con formulación incluida, de memoria.

-A ver, Isidro. ¿Qué nos puede usted decir de los Hidrocarburos Saturados?
-Los Hidrocarburos Saturados….

Totalmente en blanco… En blanco y bloqueado…¡Silencio!

-Si, hombre, los Hidrocarburos Saturados…-ojeó el libro y amablemente me dio el pié de cómo empezaba el texto.

-¡Ah, ya…!

Fue como si le hubiera dado cuerda a un despertador a punto de sonar…. ¡¡¡Rinnggggggg ..!

Desde la primera palabra de la lección comencé el relato. Azarado, pero como una ametralladora. De vez en cuando, D. Andrés, me cortaba para hacer alguna aclaración…¡Me mataba!. Ahora tendría que darme otra vez el pié para seguir…

¡¡¡¡Rinnggggggg!!! , y seguía.

Así hasta la última frase de la lección. No le cité los corolarios porque no me lo pidió, si no lo hubiera hecho también.

-Muy bien, Isidro…, muy bien. ¿Y ahora, puede usted decirme que es un Hidrocarburo Saturado?

¡¡¡No, otra vez no!!!

-¿Empiezo otra vez?..
-No, es suficiente. Está claro que ha estudiado usted, y mucho, pero también está claro que no sabe lo que son los Hidrocarburos Saturados… y, me temo que no lo sabrá en la vida…
-Es que….
-Déjelo.
Estaba delante de su mesa y vi como me ponía un seis, pero D. Andrés y yo sabíamos que en los exámenes finales de Junio, delante de un ejercicio a base de formulaciones, valencias y demás no aprobaría… Y así fue.

12 el gordo Sotoca..

-Mamá, me voy a acostar que mañana tengo que levantarme a las seis a estudiar.
-Bueno. Pon el despertador y levántate cuando suene, que luego te tengo que estar llamando y despertamos a todo el mundo. ¡Y no hagas ruido!

-Vale, mamá

Escaleras arriba y a la cama.

…..”Animícas benditas del Purgatorio, levantarme mañana a las seis… Padre nuestro que estás en los cielos”… A ver si el domingo no lloviera y pudiéramos ir a la punta la cerca de poner la red. Con el colorín nuevo de cimbel y el pardillete de reclamo.. El “zapa” dice que cogieron allí seis docenas el domingo pasado … y nosotros haciendo el zorro en “el pinar del cuchillero”…todo el día para coger dos verderones y un pardillo. Tanto pasar frío para nada…. En cuanto cumpla los dieciséis me saco la licencia de caza y le digo a mi padre que me compre la escopeta..¡ Tócale al cimbel, Andrés que viene el bando! Animícas benditas del Purgatorio… Padre nuestro que estas en el…..

-¡Isidro!…, ¡Nene!..Mira que todos los días igual…-¡Muchacho que hace ya media hora que ha sonado el despertador…!
-Ya voy mama…., ya voy.., ¡Joder y que frío, vaya un invierno!- Escaleras abajo-¡pues como se haya pasado el brasero!… Ah, pues aún quedan algunas lucecicas…-y venga a darle vueltas con la badila… La verdad es que entre la Química y las Matemáticas.. El Sotoca este…¡Miasimemuriera!…

Las cosas de memoria siempre se me habían dado bien. La Literatura, la Historia, el Latín, la Religión.., incluso el Francés, pero las de razonar…

Nos daba Matemáticas D. José María Sotoca, que se pasaba la clase quejándose del sueldo que tenía como profesor y contando chistes. Saber no se si sabría, pero enseñar desde luego no. Yo no sé si es que le había tomado manía a las Matemáticas o a él. Únicamente había una cosa que me gustaba y era que estaba más gordo que yo..¡Que barbaridad de tío!.

….Dice mi madre que le va a comprar una guitarra a la Reme ya mí una bandurria… ¿Y para qué quiero yo una bandurria?, si eso es de la tuna…, y dice que hay un muchacho que sabe tocar y que podía venir a casa a enseñarnos…

-¡Isidro!- Era la Reme.
-¿Qué pasa? Me había quedado transpuesto.
-¿Y para que te levantas tan temprano?
-Porque tengo exámenes de Navidad.

Mi hermana Reme era la perfección absoluta en todo. Estudiaba en el Santo Ángel, con las monjas y era el orgullo de la casa. Sacaba sobresaliente hasta en Urbanidad e Higiene. Yo no sé que asignaturas serían esas, pero nada…¡Sobresaliente!

La verdad es que daba gusto verla con el uniforme del colegio. Era negro, con una banda de color rojo en la cintura, con su esclavina y su capa, y con un sombrerito como el de los Obispos, negro también, con una cinta roja.

Llevaba forrados con papel azul hasta las libretas y cuando se iba para el colegio iba cargada de libros. Yo me reía de ella, diciéndole que pronto necesitaría un carrillo de mano para llevar tanto cacharro.

Había sido mi compañera de juegos. Le llevaba tres años y jugaba conmigo a la lima, y yo a cambio, le hacía casas de muñecas con cajas de zapatos. Era una cría muy inteligente. Hizo la carrera de Magisterio y luego sacó plaza en una oposición para Funcionaria del Estado.

13 ¡salta…!

-¡Salta, Isidro…!
-¡Que no puedo saltar el plinto, D. Antonio, que me voy a matar!

Y los compañeros de curso venga a reír….

-¡Pues si te matas, uno menos!

Y allá que iba otra vez. Y esta vez me mataba. Salían atacando los cajones y la colchoneta y formaba el estropicio del siglo.

-¡Pues ya veremos como apruebas la gimnasia!

Don Antonio, mas seco que el humo, fumando como un carretero y oliendo a coñac; con el pito colgado del cuello empezaba a ¡Piiiiiiiiiiiii, Piiiiiiiiiiiiii, Piiiiiiiiiiiiiii.!

-¡Los del equipo de balón volea al patio, a correr!. Los demás, aquí en el gimnasio con D. Luís, a hacer la tabla de gimnasia.
-D. Antonio, ¿porqué no juego yo a balón volea?
-Pues si podías jugar, Isidro, por lo menos bulto si que haces…¿Tienes ficha?
-No, pero me la hago.
-Pues háztela y a entrenar.
-¿Y entonces me aprueba?
-Según como juegues- se reía.
-Bueno pues me hago la ficha.

No me hacía mucha gracia todos los sábados por la mañana ir a jugar en los campeonatos entre colegios, pero al menos durante las clases de gimnasia estaría entrenando con el equipo y no tendría que aguantar el cachondeo que se formaba cada vez que tenía que saltar el plinto. Además no creía que hubiera mucha diferencia entre ser portero de fútbol y de balonmano.

14 las notas.

-¿Han salido las notas, Toledo?
-Si, A mí me han cargado el Francés y la Química.

Ya sabía yo que habían salido. No había más que ver a los estudiantes que bajaban las escaleras de mármol del Instituto con el libro de calificaciones en la mano.

-Pedro, ¿me da usted el mío?
-¿Curso?
-Cuarto
-¿Nombre?
-Isidro Martínez
-Toma.

Religión : Notable
Latín : Aprobado
Lengua : Aprobado
Geografía : Aprobado
Matemáticas : Suspenso
F. y Química : Suspenso
E. Física : Aprobado

-¡Me cago en la leche!

Era la primera vez que me suspendían. La verdad es que lo esperaba.
Los exámenes finales con D. Andrés y con Sotoca no habían sido precisamente brillantes; y el “Virgen Santa, Virgen pura, haz que me aprueben esta asignatura”, que había escrito en la contraportada de los libros de texto, no había surtido el efecto esperado.

Mi primo Andrés había aprobado todo y, además, con buenas notas. Eso suponía que, si además aprobaba la Reválida, al año siguiente ya no estaríamos juntos en el Instituto, y yo no me veía con fuerzas para sacar en Septiembre las dos que me habían quedado y la Reválida entera.

Allí nos separaríamos. En lo sucesivo el iría un curso por delante de mí y solo nos veríamos los domingos, cuando fuéramos a cazar pájaros…¡Joder y que negro lo veía todo!.

Me pasé el verano en la academia de D. Sebastián Cutillas, que era profesor de Física y Química y Matemáticas. Hice con él más problemas que “el tostao” y aprendí en un verano todo lo que no había aprendido en el curso.

En septiembre aprobé las dos que tenía pendientes, pero la Reválida tuvo que esperar hasta junio del año siguiente.

No pude cazar pájaros como hubiera querido, ni bañarme, ni leer tantos tebeos como me hubiera gustado, pero así tenía que ser. …¡Joder que mal sabor de boca me habían dejado aquellos suspensos!.

15 la “Sonik”

Era una “Sonik”, verde con el golpeador negro, dos pastillas y vibrato. Me temblaban las manos de emoción cuando, ya en mi casa, la saqué del estuche. Eran las dos de la mañana y acabábamos de venir de Valencia, de la casa de música “Guillermo Lluquet”.

Mi primo Andrés, se había traído una “ Star Rocking”, de color verde, modelo Galanti, para puntear, y Narciso un bajo Jomadi, rojo, con el golpeador blanco. Además habíamos comprado un “Juvesonic” de 18 vatios para enchufar las dos guitarras, un amplificador marca “ la cabra” para Narciso y una batería “Ni se sabe” para Ramón, “el gaficas”.

Se había producido una explosión “Nuclear-Musical” en el mundo y sus efectos, aunque con algunos años de retraso, habían llegado hasta Albacete.

Miguel Núñez, el hermano de Víctor, del Barrio de las Casas Baratas, fue de los pioneros. El año anterior, cuando nadie tenía una guitarra eléctrica, el sí. Una “Teddy”.

Habíamos estado en su casa viéndola. La enchufaba al “fono” de la radio y, aunque a veces, daba la corriente…¡Dios como sonaba!

El, y Jimmy Lomas, que le acompañaba tocando el bajo, habían actuado en el San Fulgencio en las fiestas del Barrio y había sido la locura. Cantaban aquello de ….

“ Con solo barro los formó
en su creación perfecta…
Y así fue que la creación
ha llegado a su culminación,
ha creado al hombre y a su fiel
compañera.., una mujer…
oh,oh,oh,…una mujer…”

A Jimmy le gustaba Eva, la hermana de Miguel…

Miguel, Jimmy Lomas, El Raya, el Choni, los Anélidos, los Clochard…, Los Jabelc, fueron la avanzadilla. Detrás, la caballería completa… Los Trasgos, los Star, Los Ronnys, Los Tercos, Los Nijar, Los Chicos… y yo que sé cuantos mas….

Era Octubre del sesenta y cuatro y ya no me gustaba coger pájaros, aunque iba algunas veces con “la negra” y la escopeta a las perdices a “Los prados”, en las afueras de Albacete, camino de Balazote, con mi padre.

El año anterior, en Junio, había aprobado el quinto de bachiller entero, con notable en gimnasia, mientras aprendía a tocar la guitarra española que mi madre le había comprado a la Reme. Mi primo Andrés tenía otra y pasábamos horas y horas, juntos en casa, tocando y soñando con hacer un conjunto.

Ahora hacía Sexto Oficial en el Instituto y sonaban las guitarras eléctricas y las voces metálicas de los micrófonos enchufados en el Jovesonic. Estaba Satisfecho-Bailando el Twist And Shout- en la Casa del Sol Naciente-¡Válgame la Macarena!

Definitivamente…¡Estaba loco por la música!.

16 los Nijar…

-Oye Miguel
-¿Qué pasa, Isidro?
-Nada, que hemos hecho un conjunto. Nos hemos comprado guitarras eléctricas y un bajo… Venía a ver si podías ir un día al ensayo y nos enseñabas a afinar el bajo.
-Vale. ¿Donde ensayáis?
-En casa de mi primo Andrés, en la calle Collado Piña, 56, en una cocinilla…Si quieres el domingo por la mañana…
-De acuerdo…¿Quién vais?
-Mi primo de solista, Narciso de bajo, uno que se llama Ramón, que es carnicero y toca la batería.. y yo, de guitarra rítmica.
-¿Y de cantante?
-No tenemos. Si te enteras de alguien que quiera meterse, nos lo dices…
-¿Y para cuando pensáis salir?
-Pronto, si encontramos cantante. De momento estamos montando instrumentales, pero tenemos que pagar los cacharros. Las letras las ha firmado el padre del batería y para el mes que viene nos llega la primera de ochocientas y pico…
-¿Es que habéis comprado todo el equipo?
-Bueno, falta lo del cantante.
-Pues nada, el domingo por la mañana, sobre las once nos vemos en el ensayo.. Oye,¿ Como os llamáis?
-Aún no tenemos nombre.

Todas las noches, a las diez, había ensayo en casa de mi primo. No teníamos tocadiscos, ni discos. Andrés se ponía a puntear “Apache”, ..yo hacía el acompañamiento, el batería se enganchaba a porrazos y hacía la “ametralladora” en los redobles y Narciso con su bajo pues eso… “bajeaba”.No creo que sonara bien pero, para nosotros, aquello era tocar el cielo con la punta de los dedos.

-¡Andrés métele vibrato!
-Tú calla “gaficas” y no hagas la ametralladora en los redobles. Isidro, eso es do mayor..¡Coño no hagas ahí re!
-Vale.
-Y tú Narciso, hasta que no venga Miguel, afina el bajo como si fueran los bordones de una guitarra normal.. y si no…, pues mas vale que te calles.

Mi primo es el que mas sabía de acordes y estaba terminando de montar los de “La Casa del Sol Naciente”, de los Animals.

…………………………………………………….

-¿Cómo te llamas?
-Pepe
-¿Te sabes ¡Válgame la Macarena!
-No, yo canto por Antonio Molina.. y pasodobles y eso.
-Pues entonces no..¿Has oído hablar de los Beattles, de los Rollings Stones, de los Lone Star o de los Mustang…?
-¿Quién son esos?
-Va, déjalo… Nosotros buscamos alguien que cante música moderna.
-No, de eso no…

A los ensayos, de la cocinilla de Collado Piña, acudían cada noche chavales de nuestra edad, que se habían enterado que andábamos buscando cantante, con la “golica” de entrar en el conjunto.
-Yo tengo un micrófono.
-¿Quién ha dicho eso?..¿a ver?

Los cuatro del conjunto nos miramos con los ojos abiertos como platos. Era verdad, aquel muchacho llevaba un micrófono en la mano. Era blanco, plateado y parecía bueno.

-¿Cómo te llamas?
-Rodolfo
-¿Te sabes Válgame la Macarena?
-Si, y también La casa del sol naciente, y tengo discos de los Cheyenne y de los Brincos.

Mi primo, que era el encargado de interrogar a los candidatos al puesto de cantante, empezó a acompañar la canción de los Animals. Rodolfo, sin pensárselo dos veces, enchufó el micro en el Jovesonic y empezó a cantar.

“Oh, madre.., dí a tus hijos que no vivan como yo.. Una vida triste y mísera .. en la casa donde nace el sol….”

Nos quedamos entusiasmados. Rodolfo, al que luego pondríamos de apodo “ El Pava” y al que le gustaba que le llamaran Johan, era el cantante que habíamos estado buscando. Sabía cantar y tenía buena pinta, micrófono y discos… y para colmo, era del Barrio de las Casas Baratas.

En la misma cocinilla, donde unos años atrás se salaban los jamones de la matanza y donde, afinando el oído, aún se podía oír chillar al gorrino cuando el matachín, mi tío y mi padre lo subían a la mesa. Allí donde aún resonaban las risas y las carreras de los chiquillos en tan magna celebración, solo que limpia y con olor a guitarra eléctrica nueva, ahora sonaba “ La casa del sol naciente”, con arpegios de Star Rocking y ritmeo de Sonik, mientras se cruzan el bombo del “Gaficas” y el bajo desafinado de Narciso el Joyero y en un micrófono “Ronete” plateado “ El Pava” se desgañita y afina. Eran “ Los Nijar”.

Nunca más mi primo y yo volveríamos a tocar juntos en otro grupo, a pesar de que estaríamos muchos años en la música, pero siempre recordaríamos, entre bromas y veras, pero con agrado, aquellos tiempos. La explosión “Nuclear-Musical” que se había producido en Inglaterra había llegado a España y, poco, muy poco tiempo después, a la cocinilla de Collado Piña, 56 con pelos largos y pantalones campana y todo.

17 “ El mosca”.

El baile estaba hasta arriba de gente. En la puerta, en una pizarra, escrito con tiza, se leía:

“Hoy sesión de baile a las diez de la noche.
Actuación de “El Cojo de Madrigueras”
Y el conjunto Músico-Vocal Los Nijar” (cinco músicos)

El cartel nos daba ánimos. Era la primera vez que veíamos nuestro nombre escrito en alguna parte.

-Rodolfo, ¿Tu crees que nos dejarán actuar?
-Que si, que sí. Yo hablé el jueves con “El mosca”, que es el empresario y el contrato era que tocábamos esta noche y que nos pagaban setecientas pesetas. Estaba un poco preocupado porque “El cojo”, que es el que toca el acordeón en este baile desde toda la vida, decía que él no se bajaba del escenario para que subieran cuatro “ye-yes” maricones que no saben música a hacer ruido y a quitarle el pan, pero que ya hablaría con él y lo arreglaría….

-¡Madre mía, Narciso, esto está hasta arriba de gente…!
-Pues mejor, Isidro, mejor..¡ y de chavalas!

Pasamos por la puerta principal con nuestras guitarras eléctricas en las fundas. La gente mayor nos miraba con recelo y los jóvenes nos saludaban como si nos conocieran de siempre.

Era la primera vez que iba a un baile, pero nunca olvidaré aquel olor a sudor y compañerismo…

-¡Eh, vosotros!,¿Dónde vais?
-Somos los músicos.
-¡Ah!, pasar.., pasar- Y voceando- ¡D. Pedro, que ya han venido los músicos!…

El tal D. Pedro, alias “ El Mosca”, era un hombre de cerca de cincuenta años, casi calvo y coloradote, de ademanes campechanos, que más que hablar voceaba.

-¡Hola, Rodolfo!
-Aquí estamos, D. Pedro. ¿Cómo van las cosas?
-Bien, bien. Venid conmigo –y nos hizo una señal para que le siguiéramos-.

Nos paso a su oficina, que no era otra cosa que el almacén donde guardaba las bebidas.

-Bueno, bueno..¡Oye, vais muy elegantes!
-Que, ¿le gusta nuestro uniforme?
-Ya lo creo.

Llevábamos pantalones azules, de campana, como los de los marineros, pero en un azul casi eléctrico. Mi primo decía que parecíamos los representantes del “azulete”; y unas chaquetas de color beige, a cuadros y camisa blanca con “golillas” y un lazo de pajarita de color granate…

-Es que somos un conjunto- decía Rodolfo, que era nuestro manager a la vez que cantante- mientras se daba la vuelta para que “El Mosca” pudiera ver que, aunque llevábamos el pelo un poco largo, íbamos arreglados.
-Oiga usted-pregunté yo-¿ y el ambiente en el pueblo, como va?
-Hay mucha expectación. Sois el primer conjunto que viene a tocar aquí. La gente mayor dice que si no le gusta vais a parar al pilón…, que todos los músicos modernos sois maricones…, pero bueno, vosotros no hagáis caso…. Hay mucha gente joven que está deseando ver como suena esto- dijo señalando las fundas de las guitarras- de las que no nos separábamos ni a sol ni a sombra.
Vosotros quedaros aquí y tomaros lo que queráis que aquí tenéis de todo-dijo señalando las cajas de “Mirinda y Coca-Cola” que había visto al entrar en la habitación. Yo os avisaré cuando tenéis que salir y subir al escenario. Y sin más aviso, salió y cerró la puerta.

-Rodolfo,¿Qué es eso del pilón?
-Nada, Andrés, burrerías de la gente de los pueblos. Vosotros no os preocupéis, ya veréis como aquí triunfamos.
-¿Cuándo monto la batería?-preguntó Ramón.
-Yo que sé-contestó mi primo- A ver que dice “ El mosca”.., además tenemos que sacar los amplificadores.

Habíamos ido al pueblo en dos coches. Ramón, Rodolfo y los cacharros en la furgoneta que conducía el padre del “Gaficas”, y Andrés y yo con Narciso en el “Gogo-mobil” del padre de Narciso. Además habían venido amigos y gente de las Casas Baratas a vernos actuar.

El pueblo estaba muy cerca de la ciudad y teníamos nuestros seguidores incondicionales que allá donde íbamos a tocar, acudían. Para ellos era rentable, porque las muchachas del pueblo los veían con nosotros, que éramos los músicos, y eso facilitaba las cosas a la hora de sacarlas a bailar.

La puerta se abrió y “ El mosca” asomó la cabeza y sonriente se dirigió a Rodolfo.

-Bueno, cuando queráis. Hemos hecho un descanso para que la gente vaya a la barra a consumir y mientras, vosotros, montáis los cacharros. ¡Ah!, y por el “cojo” no preocuparos, que ya he hablado con él y no hay problema…

-Pues nada- dijo Rodolfo- vamos a la furgoneta y traemos la batería y los amplificadores y empezamos a montar.

Cuando íbamos para la puerta la gente creyó que nos marchábamos del baile y empezó el abucheo. Rodolfo, que estaba acostumbrado a tratar con ellos porque era representante de electrodomésticos y andaba siempre por los pueblos, enseguida solucionó el asunto. Se subió al escenario y a voz en grito, porque allí no había micrófono ni nada, dijo…

“Queridos amigos… vamos a por los instrumentos que los tenemos en la furgoneta y dentro de unos minutos estaremos con todos ustedes..¡Muchas gracias…!

¡Mano santo!. Enseguida se hizo un pasillo entre la gente; y los chavales jóvenes nos ayudaron a subir los trastos al escenario. En un cuarto de hora estaba todo conectado y Rodolfo volvía a dirigirse a la gente, en medio de aplausos…

-Probando.., uno, dos, tres…¡Siiiiiiiiii!

Que buen vendedor era. ¡Tenía más cara que un saco de perras!

-¡Buenas tardes queridos amigos y muchas gracias por vuestra compañía…! Con todos ustedes… ¡Los Níjar!

Como ya lo teníamos ensayado, cuando Rodolfo decía eso, empezábamos a tocar “Dos Cruces”, que era una versión instrumental moderna de una canción muy antigua, que la gente mayor conocía.
La locura. En cuanto empezaron a sonar las dos guitarras y el bajo a “ toa castaña” y la batería, la gente se despepitaba. Los chavales jóvenes, al principio, ni bailaban ni nada. Estaban embobados mirando todo aquel follón que metíamos en el escenario.

En el repertorio no teníamos más de diez canciones, pero eran suficientes. Estaban bien ensayadas y hasta hacíamos algunos pasos de baile y todo.
De vez en cuando mirábamos a la pista, estaba llena a rebosar. Los mayores callaban y en las caras reflejaban sorpresa o ironía, pero los jóvenes chillaban y empezaban a bailar después de haber estado cuchicheando entre ellos mientras nos miraban y se reían.

Cuando Rodolfo empezó a cantar “Válgame la Macarena”, fue la apoteosis. Los jóvenes empezaron a aplaudir y abajo, delante del escenario, las muchachas mas “marchosas” del pueblo bailaban y le miraban entre descaradas y provocativas. Definitivamente, como el había pronosticado, “habíamos triunfado” en Madrigueras.

En mitad de la actuación subió “El Cojo”, con su acordeón y a empujones llegó hasta el micrófono y empezó a tocar. Su estancia fue breve. Un abucheo general y los gritos desde la pista de D. Pedro “El mosca”, le hicieron desistir.

-¡Cojo, tengamos la fiesta en paz, la gente quiere ver al conjunto!…

Se bajó, y se puso delante del escenario con el acordeón colgada, mientras se reía con sorna y nos miraba con desprecio.

Seguimos tocando y, cuando terminamos la actuación con el “Twist And Shout” de los Beattles nos bajamos del escenario, fuimos a la barra a tomar algo y Rodolfo, buen comerciante, se acercó a él y le invitó a un “cuba-libre”. Después se vino con nosotros al almacén de bebidas y estuvimos hablando.

-Hombre, no está mal la música que hacéis, pero… ¡donde se ponga un bolero!…

Antonio, (que así se llamaba El cojo, y que además iba un poco puesto)-le dijo mi primo Andrés-a nosotros nos gusta el bolero y el pasodoble y la cumbia; pero ¿Qué quieres que hagamos?, también nos gusta el rock… y si tuvieras los años que tenemos nosotros, también tocarías rock…

-Si, pero…¿Qué hago yo ahora? ..¡No voy a tocar eso con el acordeón!
-Yo que sé… decía Rodolfo.

A mí me daba un poco de pena. La juventud, como siempre era cruel. Cruel e ignorante porque “ El mosca” se había escabullido y ¡¡ allí no asomaba nadie a pagarnos!!

A las dos de la mañana nos envió un emisario diciendo que ya le pagaría a Rodolfo uno de estos días.
El padre del “Gaficas”, como persona mayor y de mundo, vio la jugada.

-Vamos a coger una caja de “ Mirindas y otra de Coca-Colas, por si acaso y nos las llevamos. Cuando nos pague ya se la devolveremos.

Cuantos “Moscas” mas nos quedaban por ver a lo largo de los dos años de actuaciones que duraron “Los Nijar “. Pero ya llevábamos en la sangre el veneno de la música y los escenarios. Eso, en las venas de gente joven, era….¡Dinamita!.

18 … más notas.

-Pedro,¿ me da usted el libro de calificaciones?
-¿Curso?
-Sexto
-¿Nombre?
-Isidro Martínez
-Toma.

-¡Me cago en la leche! Otra vez la misma cantinela.., Matemáticas y Física y Química.

El año había transcurrido entre ensayos en la cocinilla y actuaciones en los pueblos; entre festivales de conjuntos en el cine Teatro Circo y algún baile…, entre exámenes poco estudiados y miradas furtivas a las muchachas del Instituto.

-¿Me das una foto de tu conjunto?
-Toma
-Anda, dedícamela.
-¿Cómo te llamas?
-Pepita

“ A Pepita con cariño.. Isidro.”

Era el agradable tributo que había que pagar por tener dieciséis años y estar entontinado con la música.

19 … en el patio.

-¿Qué piensas hacer ahora?
-No sé papá. Estudiar este verano y tratar de sacar las dos que me han quedado y la Reválida, en Septiembre.
-¿Y la música?
-Pues no sé. Tenemos ensayo por las noches…, si estudio todo el día….
-¡No te quiero ver con la guitarra en la mano! ¿me oyes? ¡ Y de cazar, nada! ¡Estoy de la música hasta las narices. Para lo único que ha servido es para que suspendas!…¡Como no apruebes en Septiembre te pones a trabajar con los albañiles!. ¡Me has oído?!
-Si, papá.
-Bueno, Laureano, tampoco es el fin del mundo-intervino mi madre- El chiquillo hace lo que puede. Ha estudiado, pero ha tenido mala suerte en los exámenes….
-¡Amalia, cállate!, que tú eres peor que él..

Mi madre me estaba echando un capote, como siempre. Gracias a ella había conseguido que mi padre cediera a que tuviera una guitarra y estuviera en el conjunto.
La verdad es que a ella le gustaba más que andara en lo de la música que en el campo, con mi padre, matando animales. Se ilusionaba pensando que quizás el día de mañana podría vivir de la música. Muchas veces, cuando estaba yo solo tocando la guitarra en casa, ensayando y cantando, se acercaba y me decía…
-Que bien cantas, hijo mío.
-Que va, mamá.
-Que si, que te lo digo yo que tengo buen oído. A lo mejor el día de mañana puedes ser cantante.
-Es muy difícil…, hay muchos y muy buenos.
-Si, si, pero tu lo haces muy bien..

Mamá ilusa, Mamá niña y tierna y lista. Mamá, toca la pandereta, que he hecho un villancico nuevo para ver como queda mientras yo canto y toco la guitarra. ..

Es una tarde preciosa de Julio. Mi madre esta cosiendo debajo del albaricoquero del patio. La Reme y la Maru están leyendo tebeos y el Nano juega con una pistola de madera que le he hecho dibujándola primero en una tabla y luego recortándola con un cuchillo de la cocina…

Yo toco la guitarra en el porche y canturreo la última canción que hemos sacado en el conjunto.. .es de “Lone Star”..

“Soñaba que vivía en el ático de un rascacielos
Estaba tan contento, entre nubes, sin casi ver el suelo.
Desde allí yo le hablaba a la luna, al sol y a las estrellas-
y veía los pájaros volando en infinitas vueltas..
y digo..¡eh!, ¡eh!, tú te puedes marchar,
y de mi nube bajar.. porque yo quiero sólo estar…
aquí en mi nube..”

20 aquí, en mi nube.

-Tenemos cogidos todos los domingos de este mes.
-¿Qué dices, Rodolfo?
-Que si, que sí. Y además el día 23,24 y 25 en el Provencio, que son las fiestas.
-¡Joder!, pues ya que hemos pagado los cacharros, a lo mejor, podíamos comprar un equipo de voces nuevo….¿no?
-¡Calla, calla, Isidro!, de comprar ni una púa, que estoy de letras hasta las orejas- Mi primo Andrés no estaba por hacer mas inversiones-¿Y cuánto nos pagan?
-Tres mil pesetas los tres días, tarde y noche, y nos dan la comida y la cama.
-No está mal-dijo Narciso- Y el domingo que viene al güisqui Club.. Ahí si tengo yo ganas de tocar, que se pone aquello de chavalas…
-¿Y tu novia que, Narciso?
-Se va a Valencia, con sus padres.
-Como se entere eres hombre muerto.
-Si no se lo decís vosotros, no tiene porqué enterarse
-¡Serás golfo!
-Bueno-cortó mi primo-Vamos a ensayar.

Un día, al poco tiempo de entrar en el conjunto, Rodolfo, asomó al ensayo con un tocadiscos pequeño, de los de maleta, y algunos discos de los últimos que habían salido al mercado… ¡Ovación y vuelta al ruedo!

Trabajaba en una tienda de electrodomésticos del Paseo de José Antonio y los tomaba prestados, según decía él, con el permiso de su jefe. Los oíamos, sacábamos las canciones y los devolvía a la tienda, y luego eran vendidos.

Ahora sonaba “Aquí en mi nube” de Lone Star. La versión original de los Rollings Stones no llegaba a España.

-A ver, Rodolfo, prueba tono.
-En el disco está en Re- decía Andrés- ¿te viene bien?
-A ver, toca…

Rodolfo tenía un timbre de voz bastante alto y estaba cómodo en esa tonalidad.

-“Soñaba que vivía en el ático de un rascacielos….! Si, si, vale. Me va bien..

Mi primo, que había tenido el disco varios días en su casa, había sacado los acordes y el bajo y ya habíamos probado la música unas noches antes.

-¿Y tu “gaficas”, la has cogido?..Pun-cha, puncha, puncha, puncha, tara-tara-ta- puncha…¿eh?
-Vale.
-Pues …¡Arriba!

Ramón, golpeaba una baqueta contra la otra, para contar…

-Un, dos, .. un dos y….

Y sonaban los Rollings, a “ toa castaña” en la cocinilla, por los Nijars, una y otra vez- Un, dos, un dos y… “puncha-puncha-puncha-puncha-tara-tara-ta-puncha…” “Gaficas” no te cruces, Isidro bájale a la guitarra, Narciso eso es sol mayor, muy bien Rodolfo… esto suena bien..¡ El domingo en el Güisqui-Club, vamos a armar el taco!.

-Bueno, muchachos, hasta mañana sábado a las diez, como siempre.
-Vale.
-Oye Rodolfo-era mi primo- No te lleves todavía el disco y así sacamos la cara B, que está bien…

Salimos a la calle. Hace una noche de Julio estrellada, preciosa. A Narciso le gusta hablar más que comer con los dedos y le tengo miedo.
-Espera, Isidro, que me voy contigo para las Casas Baratas.., voy a ver mi novia.
-Vale,¡ya está!-pensé-.Ahora llegamos a la puerta de mi casa y se tira dos horas hablando.. Y con la pachorra que tiene.. Siempre se está quejando de todo. Mi primo le ha puesto de mote, aunque él no lo sabe, “el cagalástimas”. Es un buen chaval, muy educado y correcto, pero un poco cansino.

-Suena bien la canción ¿eh?
-Vaya que sí..Oye Narciso, tú tienes novia..¿No?
-Si. Y tú no tienes porque no quieres. Con todas las chavalas que andan siempre alrededor del conjunto…
-Bueno, de momento no tengo las cosas claras. Lo que quería preguntarte es…¿ porqué, si tienes novia, estás pensando en tontear con otras el domingo en el Güisqui Club?
-Hombre, tampoco es una cosa del otro mundo. Ya sabes lo que dice el refrán- y se echó a reír- “A las mujeres..¡ palos y mala vida1
-Venga, Narciso, no fastidies.. ¿ Y si se entera?.. ¿que pasaría?
-Pues nada, unos días de morro… y luego, se le pasa
-¿Y si te deja y se va con otro?,¿No te importaría?.
-Hombre, yo la quiero y eso.. y me molestaría, pero tampoco pasaría nada. Hay muchas mujeres en el mundo…
-¿Crees que algún día te casarás con ella?
-Mira, Isidro, yo le digo siempre, en broma, a María José, “Pórtate bien y tendrás novio para muchos años..” Bueno, la verdad es que si las cosas siguen así.., pues igual nos casamos.
-¿Y os lleváis bien?. Me refiero a que si discutís y os enfadáis y eso…, ya me entiendes.
-Pues lo normal, de vez en cuando.
-Pero vamos, que lo mismo te da casarte con esta que con otra.¿No?
-¡Hombre, tampoco es eso! Oye,¿Qué manía se te ha metido esta noche con lo de las novias y el casorio?..¡Que no se va a enterar!, no sufras…. Y si se entera, no llegará la sangre al río.

Llegar, no se si llegará-pensé- pero puede que venga ya barranco abajo.

-Bueno, chico, cascando, cascando hemos llegado-Estábamos en la puerta de mi casa-¡hasta mañana Narciso!,
-¡Hasta mañana, Isidro!

Lo veo alejarse, calle adelante, en dirección a casa de su novia, tarareando..” Soñaba que vivía en el ático de un rascacielos…” Hay morciguillos volando alrededor de la luz de la calle, cazando mosquitos. Los chiquillos juegan en las cuatro esquinas a la “firolesa”…

Allá arribica, arribica,
había una montañica,
en la montañica un árbol,
en el árbol un nido…

El barrio huele a madreselva y jazmines. Está precioso.

©isidromartínezpalazón.
http://www.isidromartinez.com/

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