Recostada la espalda
tras la corteza del roble,
con la mente empapada
de esos recuerdos rebeldes…
Te siento, mirarme, oirme,
entre el silencio invisible,
de las hojas que se mecen
y caen irremediablemente.
Te hablo, grito tu ausencia
esperando una respuesta,
pero la brisa me trae
el recuerdo de tu esencia.
Te siento, mirarme, oirme,
mi piel se turba de lleno,
mi corazón se hace grande
esperando tus palabras…
pero la espera no trae
mas que el sonido de otoño…
Porque aunque sigues aquí,
tu voz es parte del recuerdo…
Que belleza de recuerdos tienes Namari.
Me ha encantado leerte.
Un abrazo
cuando la soledad nos llega nos golpea duro con el recuerdo y ante la ausencia del ser querido la nostalgia nos mira diciendo te siento, mirame,oirme. lindo poema es muy sentido. abrazos.
y muchos te sentimos, y te miramos a través de la invisible cortina virtual y te oímos llena de poesía. !Bezzzzotes mi linda gaditana!1.