Me ha emocionado la columna escrita por Maruja Torres en el diario madrileño El País de hoy, 23 de abril de 2009, Día del Libro. Por eso la transcribo textualmente para todos vosotros y vosotras.
“De entre los muchos placeres que comporta el privilegio de vivir una jornada como la de hoy desde el otro lado del mostrador, desde el punto de vista de quien escribe, quizás el más exquisito sea el de observar a los niños.
Vivo en Sant Jordi desde que era cría,y sin duda en esas actitudes a veces tímidas, a veces chulescas (la gracia chula de no querer confesarse intimidados), me veo a mí misma en su situacón, y al hacerlo recuerdo una de las mejores aventuras que me deparó mi niñez: aprender muy pronto a comprender el sentido de las palabras que contienen los libros.
Mientras atiendo a los adultos y firmo, miro a los niños que les acompañan por el rabillo del ojo. Mientras no firmo, los contemplo con desfachatez, y me dejo observar por ellos con esa valentía que parecen reservar para enfrentarse a alguien que hace cosas raras, cosas que los adultos parecen apreciar mucho, pero que donde va a parar, son muy poco si las comparamos con ser bombero o salvavidas en una playa, o cirujano o espècialista en autopsias.
De esa curiosidad les veo que van de una caseta a otra, zarandeados por la muchedumbre, tironeados cariñosamente por sus padres, aleccionados… De ese trajín rescato a veces un gesto mínimo (un movimiento de cejas, una sonrisa dirigida sólo a si mismos), rescato emociones muy tempranas, y veo en esos pequeños (y pequeñas) un mundo propio lleno de imaginaciones y lecturas.
No hay espectáculo más hermoso que ver a un pequeño (o pequeña) feliz. Pero !entender que lo es porque ya ha descubierto que entre la literatua y sus secretos existe un puente de ida y vuelta!. Eso es lo mejor de todo”.
Siempre he admirado y admiro a esa gran escritora que es Maruja Torres, gracias por enseñarnos su artículo.
Un abrazo y adelante!!
Es en verdad inteligente Maruja Torrres. La sigo desde hace un porrón de años…