Las Torres: de Braulio a Fernando Pasando por Andreíta (segunda Parte)
Vuelvo al “Padrino” a las 2 de la tarde. La cerveza Mahou está fresca, tan fresca como la tarde que se ha vuelto gris y amenaza lluvia. La pelea entre la escultural Andreíta y el machista Braulio ha terminado. Hay paz en el bar…
Me entero de que Rafa Nadal ha vencido al ruso Davidenko por 6-3 y 6-2 y jugará la final del Torneo Conde Godó de Tenis con el también español Ferrer, que ha batido al chileno González. Pero estoy aquí sólo para tomarme un par de cervezas con Braulio (el machista) y Fernando (el poeta) mientras vemos en la pantalla del televisor el Gran Prix de Bahrein de Fórmula 1.
Salida caótica (como casi siempre) en la que el japonés Nikijama y el brasileño Barrichello han armado el “taco”. Ya se encabezan Gluck, Trulli, Button, Hamilton, Vettel, Barrichello, Alonso y Rosberg. De ellos ha de salir el ganador.
Es como un día de alegría; tu día claro, sereno, que camina por la fiesta a solas con tu dulce estado de edad dialéctica. Nadie más que tú. Que tu fiesta es para vivirla.
Después de 1 hora de carrera ya se han destacado del resto de competidores Button, Vettel, Trulli y Barrichello. Llevan la suficiente ventaja como para terminar así. De ellos 4 saldrán los 3 que suban al podio. Seguro. Salvo accidente…
Que aumente vuestro ardor y se desarrolle la misericordia en vuestras obras…
Fin de carrera: ha ganado Button (al que yo tengo asignando como el posible campeón mundial de este año) seguido por Vettel , Trulli y Barrichello. Hamilton ha sido quinto y nuestro Alonso ha sido octavo.
Fin de la cerveza. Me levanto y me despido de Braulio y de Fernando y también de la escultural portorriqueña Andreíta. Me esperan Liliana, las dos niñas, Miguel y la traviesa y lametona perrita Wendy.
Salgo a la calle. Y tú desde el cielo hostigado y desde la mugiente nubífera sigues tu inicua estirpe, tú, el que estás en los años ciegos y en las modestas lomas expresas esperanzas que se desgranan bajo el silencio. Me refiero a tí, Eolo, dios del viento que estás ahora soplando sobre las coloristas flores de la primavera.
Comienza a llover. “Gottach Kaen” diría un alemán en este instante mientras cierro el Diario y lo guardo.