Ruiseñor de los sueños y las hojas del silencio
cada una de las gotas de la eternidad
van dejando gramos de hechizo en el poeta,
el pobre poeta de palabras cual tijeras de terciopelo.
Si las lágrimas tuviesen memoria…
!ay si las lágrimas tuviesen memoria
cuántas cosas invisibles escenificarían en persona!.
Al alba todas las huellas blancas del rocío
son camino para los pájaros y el poeta pobre
como pasajeros de patrias extrañas…
!Sí!. !Patrias extrañas bajo el fuego del sol!.
El puerto, la bahía, la barca y más allá el alta mar.
Todo ello es un mundo conocido
al borde mismo de las albas…
y en las albas
las nieblas elevan su corazón de bronce
mientras el poeta pobre y su sombra
eternamente caminan sin dejar de existir.
Y mientras tanto, la púrpura de lo lejano
desprende vocablos moribundos…