Entre las flores de mayo
una tarde te encontré,
deshojabas margaritas
en busca de algún querer.
Tus manos en sí y en no
fijaron mi vista en ti
y los pétalos caídos
te los acercaba yo…
Al cogerlos sonreías
y yo me perdía en ti,
en tu cara, en tus manos,
en tus ganas de vivir…
Nos contamos nuestras cosas
frente a la fuente del pueblo,
esa que tiene un misterio
que no te quise decir…
Pasaron algunos meses
y no te volví a ver,
te buscaba, te soñaba,
pero nunca te encontré…
Hoy al volver de la plaza
desde lejos yo te vi,
me he acercado pa’ verte
y te has echado a correr…
Te pierdes y no me miras
te da vergüenza no sé…
la sangre se me amontona
y voy siguiendo tus pies.
¿A dónde vas tan corriendo?
¡para un poquito mujer!
que no puedo respirar
si me falta tu querer..
Dicen que la fuente tiene
un algo un no sé qué…
que el que bebe de sus aguas
siempre se deja querer…
Yo quisiera que bebieras
esta tarde y a la noche,
para que a mí me quisieras
tanto como yo te quiero a ti..
Esto se me asemeja más a una rumba. ¿Sabes? A música flamenca, (no me hagas caso por que no diferencio) no sé por qué. ¡Ánimo, y sigue escribiendo!
Jjajajjaaa Ismael, gracias por pasar,
A bailar!!!!
Bezzotes