Escena Primera

Míster Gordon: ¿Y cómo haremos para engañar al Gran Caballero de la Dama Azul?.

Pepe Grillo: Muy fácil. Déjame hacer a mí.

Míster Gordon: Pero rápido, Pepe Grillo, rápido antes de que se entere la Dama del Caballero.

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Escena Segunda

Pepe Grillo… Señor Caballero de la Dama Azul, que resulta que le he encontrado un trabajo excelente y muy bien remunerado ahora que sé que está usted en apuros económicos.

Caballero de la Dama Azul: Efectivamente, Pepe Grillo, estoy en apuros económicos, pero sólo aceptaré un trabajo honesto y digno.

Pepe Grillo… No se preocupe . Solamente consiste en poner su voz a Benalcázar.

Caballero de la Dama Azul… ¿Te refieres a Sebastián de Benalcázar, el conquistador español fundador de la ciudad de Quito?.

Pepe Grillo… Exactamente a ese, Caballero de la Dama Azul
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Escena Tercera

Caballero de la Dama Azul… Buenos días, señores, aquí estoy . ¿Es verdad que necesitan mi voz para hacerla pasar por la de Sebastián de Benalcázar?.

Gran Jefe… Así es. Queremos poner su voz para que se escuche en el Nuevo Museo de Benalcázar de la ciudad de Quito.

Caballero de la Dama Azul… ¿Es un trabajo remunerado?

Gran Jefe.- No se preocupe por el dinero. Le pagaremos lo justo en cuanto termine la grabación.

Caballero de la Dama Azul.- No me preocupa el dinero pero espero que sean ustedes nobles y sinceros y cumplan con su palabra.
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Y la voz del Gran Caballero de la Dama Azul quedó grabada para siempre en la memoria de Míster Gordon, Pepe Grillo y El Gran Jefe. Y era una voz tan grave y profunda que aún se escucha su eco y se sigue escuchando, por las noches, desvelando el sueño de Míster Gordon, Pepe Grillo y El Gran Jefe. Por supuesto que no cumplieron con la palabra de pagarle ni un sólo centavo de dólar por tan noble labor.

Y la voz del Gran Caballero de la Dama Azul se escucha todos los días en el Nuevo Museo de Sebastián de Benalcázar mientras los sueños de Míster Gordon, Pepe Grillo y El Gran Jefe se han convertido ya en terribles pesadillas.

FIN