Son dos buenos pájaracos, como se dice en castizo. Dos pajarracos de corto vuelo pero pajarracos al fin y al cabo. Cogididtos de las manos se les ve por el jardín (dice una canción española). !Y qué jardín!. !Ni más ni menos que el goloso jardín de los tesoros prohibidos!. “El Alvarito” y “El Barahona” van a la iglesia de la Comunidad Cristiana de Quito. ¿Para arrepentirse por sus fechorías?. !Quiá!. ¿Para arrepentirse como hacemos los demás cristianos?. !Quiá repito!. Para buscar el escondite de los tesoros. A buen entendedor pocas palabras bastan.