La película “La vida es bella” (y digo vida y no viuda como otros quieren malignamente entender) es, sin ninguna duda (pero sin duda ni sospecha ni tan siquiera mosqueo) la obra maestra del director italiano Roberto Benigni (no argentino no… sino italiano… como el amigo Darío). Bueno. Sigamos sin entreternos por el camino. Vamos adelante. Esta película obtuvo varios Oscars (verdad que sí Gran Wayoming… verdad que me recuerdas… de los tiempos de la calle de la Luna de madrid…). Sigamos. En esta película hay algunas curiosidades del rodaje dignas de recordar. Una de ellas fue que los actores italianos no querían ponerse el unifome de las SS (Servicio de Inteligencia y Terror) alemana, por todo lo que había ocurrido en la Segunda Guerra Mundial (así con mayúsculas porque mayúsculas fueron las masacres) y las atrocidades cometidas en los campos de concentración.
¿Qué me dices a esto Enrique El Facha experto en tirar clips a los inocentes ciudadanos de raza negra?. ¿Existieron o no existieron los campos de concentración nazis y el genocidio del pueblo judío y del pueblo gitano, Enrique El Facha?. Parece que estás ya callado… ¿okey?…
A pesar de la afirmación de Luguet: “La hora más sombría no dura más de sesenta minutos”. Déjame añadir amigo Jaime que la hora más sombría no dura mas de sesenta segundos para los cristianos.
Lo cierto es que la opresión, el sufrimiento y la muerte que el hombre se ha causado a sí mismo y a sus semejantes (cosa que jamás hacen ni los animales más salvajes conocidos en el Mundo Animal) a lo largo de la historia, nos hace sentir vergüenza de muchísimas cosas en nuestro pasado y nuestro prsente. !Veremos qué ocurre en el futuro!. Vorem com… Veremos como…
Aún sabiendo que el sufrimiento puede llegar a tener solución. y aunque todos luchemos para ayudar a los perseguidos, a los caídos, a los vencidos, a los humillados, a los necesitados, a los abandonados, etcétera… sigue siendo cierto lo que la Biblia anunció hace muchos años: “Los oprimidos lloran y no hay quién los consuele”.
Lo más triste es que algunas de las principales razones de la opresión tienen que ver con nuestro egoísmo y nuestro individualismo. Razones para todo aquel que tenga completamente sano el cerebro. Razones también para el causante del dolor y para el que se escuda en un problema que cree no ser suyo y escapa mientras puede… dejando que el oprimido siga llorando. Maldigo la poesía concebida como un lujo a favor de los neutrales escribió un poeta hispano.
En tiempos de Hitler se hizo famosa una película en la que un hombre vivía con su mujer, que tenía una enfermedad y sufría bastante. El hombre la mató, y su argumento delante del juez fue: “Yo amaba a mi miujer”. La película trataba de explicar cómo aquel hombre había sido un buen marido y en cierta manera se justificaba lo que había hecho. Así se fue formando poco a poco y desde el poder, la idea nazi en la mente de la gente, la supervivencia del más poderoso, preparando a la gente para lo que más tarde sería el terrible holocausto de millones de judíos y de otras minorías como gitanos, polacos, húngaros y rumanos entre otros pueblos eslavos. ¿Qué dices ahora Enrique El Facha que se te ha quedado la boca muda?. ¿Sigue viviendo tu perro asesino?.
Y mientras muchos callaron (sobre todo el Vaticano), millones de personas morían aplastadas por imbéciles ideas de superioridad y arrogancia. Como seguimos diciendo, muchos guardaron silencio (sobre todo el Vaticano), de hecho casi todo el mundo lo hizo. Muchos buscaron su propio bien y dejaron que los oprimidos llorasen hasta perder la vida (repito por tercera vez: sobre todo el Vaticano). No sólo no fueron consolados, sino tampoco defendidos.
No podemos ni debemos olvidarlo. Minetras exista el mundo, debemos luchar para ofrecer consuelo a los que lloran, traer alivio a los que sufren, y clamar en nombre de los que no tienen voz. Aunque parezca muy poco lo que hacemos. Aunque sólo podamos consolar a los que tenemos a nuestro lado. Aún a pesar de todo podemos hacer una diferencia capital en nuestro mundo: hacer de nuevo que la vida sea bella…