A destiempo te marchaste
si aviso, ni un adiós,
y por más que preguntaba
nadie me dijo de ti.
Recuerdo que fue de mañana
cuando apenas salió el sol,
y por más que te busqué
en ningún sitio te hallé.
A destiempo nos dejaste
con tan solo nueve vidas,
te despediste de todo
del sol, a luna y la lluvía.
Dejaste que te miraran
y siempre te pudiesen ver,
qué suerte que tienen ellos
que te pueden ver crecer.
A destiempo, te marchaste
cuando la vida eras tú,
cuando todas las canciones
tenían en versos tu nombre.
A destiempo, muy a destiempo
no te encontré una mañana,
y hoy a pesar de los años
sigues metida en mi alma.
Namari, precioso recuerdo el que se palpa en estas palabras tuyas.
Un beso