Abres una revista, una revista cualquiera, que más da. Y al abrir la primera página un paisaje de playa inunda tu campo visual, arenas blancas y mar verde de rocas. Una chica en bikini agarra un móvil. Exclama el anuncio: cuando quiero un teléfono nuevo, nada me para.
A ti hay algo que te para, ciertamente. Te para no ser una marioneta más del consumismo que hay en la sociedad, una tuerca más en la maquinaria del capitalismo actual. Imaginas a unos Chinos muy listos y muy contentos frotándose las manos por el negocio, mientras bajo ese piso miles de mujeres u hombres chinos trabajan hora tras hora para llevarse un pan a la boca.
Te para que la Madre Tierra tosa desatentida en su viejo sofá de madera quemada por los incendios, que su alma se vaya pudriendo poco a poco, antes de que nosotros desaparezcamos y quizá no vuelva a ser nada igual. Que los polos están fundiendose, los bonitos chalés junto al mar serán refugio de los peces cuando quieras mirar hacia atrás y volver.
Te para abrir el grifo y pensar que es imposible en otros lugares donde la sequías y las guerras están acabando con gente como tu y yo, de carne, hueso y razonamiento. Cada gota podría salvar minutos de vida, retazos de aliento seco de viento y de arena.
Te para pensar en el gitanillo de la esquina, que te abre su mano cada vez que pasas a su lado cuando caminas por la calle y llegas a tu esquina sempiterna del día a día por la mañana. No tiene educación, pero no es culpa suya: nadie pensó que la necesitaria, nadie se la dió. Su padre le pegará, su madre, quien sabe. Quizá una tumba más, quizá un utensilio multiusos para su marido y no saldrá de ahi.
Pero, sobre todo, te para lo evidente. Hace dos años te comprastes un móvil, con internet y cámara, bastante normalito y razonable.Si, tiene algunos rasguños, pero puedes seguir llamando, puedes seguir enviando mensajes, puedes seguir jugando con él y conectarte a internet y guardar el número de tus amigos. ¿Otro móvil nuevo, para qué? ¿Para presumir? Presumirás un día y al siguiente todo el mundo se habrá olvidado.
Yo, amigo, miraría mi antiguo móvil y pensaría en todo lo que he hecho con él. No es que me guste demasiado, pero ahi está, y funciona. Y diría ” a mi me paran muchas cosas que quizá a los demás no se les ocurra pensar mientras viven en su nube de mundo de color de rosa”. Así que estás Navidades las pasaré como siempre intento: en familia, con amigos, que más da, el hecho es que está la felicidad en el aire y los suspiros la alejan, hay que cogerla al vuelo. No podre hacer ninguna video-llamada, pero te aseguro, quien leas, que un viaje para visitar a quien más quiero nadie lo evitará.
Eso es ismael… sigue tu camino con los amigos y las amigas y bordea al consumismo con tus ideas sensatas. Te deseo un feliz Año Nuevo y que sigas siendo siempre tan sincero como siempre.
Muy de acuerdo a tu texto Ismael, totalmente, muchos se quejan y desean mas de lo que tienen cuando en otras partes es mas duro y real. Demuestras que la navidad para ti no es un arbol, decoracion ni regalos sino el estar al lado de los nuestro y disfrutar del calor de su compañia por eso A pasarlo bien!, bueno a esta fecha ya nos queda el fin del presente año, pero igual, que el proximo año te traiga cumulos de buenos presagios. Saludos.