¡A PELO!
¡Ay qué bonita! Me dices
mientras juegas con mis senos
durante el escarceo amoroso
que nos inunda la tarde de febrero,
me miras con asombro, embelesado
y tu faz emocionada
penetra por el poro del deseo
Ardientes los alientos
se respiran
y tus dedos caminan en mi cuerpo
¿Qué sientes? Preguntas a voz media,
tu ronco suspirar me enardece;
no hay respuesta, mi garganta
se niega a producirla,
sólo la sangre acelerada
la mía
te contesta.
El vestido sobre mi cintura
caído en mis caderas,
ahora es tu montura
en la veloz carrera
hechos uno:
yo yegua
tú jinete
Ambos desbocados y rebeldes,
ambos en el acto de ser uno…
¡Ay qué bonita! Empiezas la faena…
Yo muy bonita
Entre tus brazos
desnuda, transportada,
te digo:
¡Hoy montarás a pelo!