Eres dulce como el azúcar,
tienes una mirada limpia
que siempre que mira busca
una sonrisa de amor.
Eres, por así decrilo, un primor
cuando, alegre y bullanguera,
como fresca primavera,
saludas con tu dulzor.
Niña del pueblo humilde
que luces como una flor
y pones tu acento y tilde
en el fondo de mi corazón.
Me gusta charlar contigo
y fabricarle un castillo
de alegría a tu candor
mientras narro con cariño
un cuento del Ecuador.