A veces llega la tarde…

A veces llega la tarde y entra su luz entre mis ojos y me descansa las misiones del pensamiento en un descanso mecido en el espacio deshabitado de la nada. Nada que decir. Nada que pensar. Sólo algo que sentir. Violonchelo solitario.

Entonces la quietud se hace onírica y me compongo en marino que bucea al fondo del tiempo, descubriendo líneas y colores de los siglos humanos entre los ojos fascinantes de los retratos de un salón donde cuelga su historia la música dormida en el cercano piano del silencio.

A veces llega la tarde y la mirada se me convierte en sueño blanco para dibujar el paisaje de lo inolvidablemente dormido. El violonchelo y el piano, entonces, suenan y sueñan…

2 comentarios sobre “A veces llega la tarde…”

  1. Esa tarde que nunca falla, ella simpre está ahí, la música de la tarde, donde el día y la noche se abrazan, donde el día y la noche se prestan notas de pajarillos que se van a no se sabe donde.
    Gracias Diesel.

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