Ha llegado el día del desencuentro
de ese hablar sin podernos mirar
aunque las palabras vean el alma…
Nos ha cogido por sorpresa a ambos,
a pesar de que el día era bien conocido
también señalado en todos los calendarios.
Pocos minutos, sin casi entendernos
por las prisas y todo ese ruido externo,
con tanto que querer decir, que contar
y entre silencios, optar mejor por callar…
En la mente de uno y en la del otro
el mismo pensamiento, el mismo fin,
prohibido a toda costa el abatimiento
del muro inquebrantable de todos los afectos.
Sin lágrimas en los ojos anunciando despedida,
sin decir adiós, tan sólo un hasta pronto…
Se nos cuelga el alma en un sentido momento,
se acongoja el corazón y late el sentimiento.
Ahora… se han quedado los brazos dormidos,
pidiendo a gritos el calor de tus manos
y en pleno desierto de alma sin dueño,
no encuentro tu cara, se fue con el viento…
Hablando de vientos, amiga Namari, resulta que él es que aventa los poemas por sobre la faz de la Tierra (firmado: El Rey de las Neuronas).
Hola Namari. Ese es el fin de una relación cotidiana, de una por costumbre y uso continuo, sin crecimiento, que al final topó con la salida del laberinto y se tropezó con sus raíces secas. Un saludo a distancia. Me gusto el poema…
Muchísimas gracias Rey de las Neuronas, el viento… cuánto trae y se lleva…
Bezzzzotes
Gracias por pasar Hacaria, lo cotidiano se hace real…
Bezzotes
Muchísimas gracias Volskiervers, me laegra saber que te gustó…
Bezzotes
Namari, precioso y significativo texto, lo mismo que tu forma de escribir.
Prontohas.