La ciudad está enjaulada en una niebla de espejos.
En nuestros ojos rebotan las imágenes reflejadas.
Es un universo confuso de sombras coloreadas,
una playa donde rompe el infinito en una cadena de olas.
Quisiera verte en cada gota de esa nube.
Mínimas partículas líquidas con las que me mojo.
Te percibo por la piel, como un anfibio,
respirando a través de los poros.
Los lugares están atrapados en una película color malva.
Quiero aire, pero sólo puedo beberte,
abrir la boca y ser inundada por tu forma licuada.
Muevo mis manos para acariciar la idea de Ti.
Me crecen alas cuando pronuncio tu nombre.
Todavía no he aprendido a volar en esta atmósfera,
pero no tengo miedo a caerme.
Pues en todos los precipicios está tu mano…agárrame.
En el borde del precipicio se divisa la mano salvadora. Bonita metáfora del deseo.
Saludos!!
Buena composición poética. Desde la percepción ciudadana hasta esa salvación de no caer en el vacío me gustó cómo has hilvanado la secuencia. Felicitaciones.
“Me crecen alas cuando pronuncio tu nombre.
Todavía no he aprendido a volar en esta atmósfera,
pero no tengo miedo a caerme.
Pues en todos los precipicios está tu mano…agárrame. “
este trozooo me a yegadooo q bonito!!! t lo jurooo