Si después de vivirnos se encumbran
nuestras voces juntas entre las rosas
las blancas horas de las silenciosas
noches tiernas del ayer alumbran.
Prosiga ecos que se acostumbran
a las verdes colinas que, envidiosas,
dividen las tierras ya dolorosas.
Para que todo quede concluído
a Lila en aras del poderoso viento
sigo amando en su tierno oído.
Así tendré al morir ese contento
de ser sólo ya polvo reducido
mas amarla en mi último aliento.
Desde que he oído la palabra Amor
he pasado mi vida, mi corazón,
y mis ojos en ese camino.
Acostumbraba a pensar que el Amor
y el Amado eran diferentes.
Ahora ya sé que son lo mismo”. Poema sufi. Un beso Diesel.
Amor y Ser Amado siempre se identifican, amiga voremia, consigo mismo. No podemos ser más que amantes de la centrífuga sensación del aliento. Me
gustan tus comentarios sufís porque dan a tu opinión carácter de sensibilidad generativa. El sentir lo íntimo de nuestra espiritualidad al aplicarlo a los sentidos materiales nos hace ser luz en la conciencia. Gracias. Un beso.