Luis Cernuda expresó: “Adiós, dulces amantes invisibles, siento no haber dormido en vuestros brazos. Vine po esos besos solamente; guardad los labios por si vuelvo”. Yo continúo mi camino entre el invisible amor de los horizontes ardiendo por el sol sobre las aguas. !Adiós, pasadas y soñadas amantes de lo visible. Hoy, ciego por las llamaradas de este sol que me calienta, como siempre, yo no os espero más. !Me he ido!. !Me he ido!. !Y ahora que vuelvo a encontraros en mi ciudad adorada, sólo soy un caliente enamorado que tiene por fin la almohada llena de besos rojos!. !Guardad las miradas de vuestros ojos para otra ajena mirada!.