Mi amigo escritor ferrolano (pero residente desde hace años en Murcia)Dictinio de Catillos-Elejabeytia me hace pensar. ¿Qué decir cuando encontramos al falso amigo o a la falsa amiga que te apuñalaron sin compasión por la epalda?. Por breve tiempo el alma se nos cayó al suelo. Por breve tiempos nuestros ojos se llenaron de lágrimas. Por breve tiempo pasamos la noche más gélida de nuestras vida. Por breve tiempo… dejamos de querer ser nosotros mismos…

Había muerto muy lejos ya nuestra Ilusión y todo era Quimera, simple Quimera. Utopía que ardía en la leña de las hogueras sin poder haber iniciado su conquista. Sueños que, al filo de los recuerdos, quedaban totalmente destrozados, rotos, sin fe…

Después, paseando por entre los robles, la vegetación holía a humo… ya no holía a madrselva… ni a jazmín… ni a anís… ni a tomillo… ni a mejorana… ni a ninguna clase de flor. Flor. ¿Dónde estaba entonces la flor de nuestro sentimiento?. Se había podrido con la Utopía destruida…

!Libertad!. !Libertad!.!Libertad!… proclamaban los falsos amigos y amigas que tenían escondidos en sus bolsillos el puñal lleno de sangre. ¿Libertad?.¿Libertad para apuñalar a lo noble?. ¿Libertad para callar los genocidios diarios?. ¿Qué clase de libertad pedían?…

Mi amigo Dictinio del Castillo-Elejabeytia, me mira de frente, como hombre entero y me dice; “Diesel… es vano hacer ciertas preguntas, porque más vanas serán sus respuestas!”.